El Monument Valley forma parte de las tierras tribales de los indios Navajo. |
Continuando con el recuerdo de mi
etapa americana hoy quiero dejaros unas pinceladas del paisaje de lo que
llamamos “el Oeste americano” a través de las fotos de viaje de principio de
los 90. Hay pocos españoles de mi edad que no recuerden haber visto alguna película
del oeste durante su infancia e incluso durante algunos años más. Ir al cine a
finales de los 60 e incluso los 70 era principalmente a ver películas del
oeste. De alguna manera quedamos impregnados de aquellos paisajes desérticos, de
sus ciudades mineras, salones, bandidos y trenes. ¿A quien no le trajeron de
niño una pistola de restallones que esgrimíamos con igual maña que John Wayne
durante unos días hasta que al final se estropeaba o simplemente nos cansábamos
de ella? ¿Quién no jugó a indios y
vaqueros persiguiéndose por el pueblo en las noches de verano? Supongo que los
niños de hoy ya no juegan a indios y vaqueros, y probablemente muchos no han
visto una película del oeste en su vida. Esa es la realidad. Lo cierto es que
durante los años que pasé en USA nunca me cansé de recorrer y mirar con asombro
y regocijo los paisajes semidesérticos de California, Nevada, Arizona y Utah. Era como si los
conociese de toda la vida. Visitar las ciudades fantasma de la “fiebre del oro”
me producía una enorme ilusión y, alojarme en uno de esos solitarios hoteles de
carretera, con un único bar que al anochecer se llenaban de vaqueros curtidos y
algún nativo de la tribu de los Navajo que venía a emborracharse, era una
experiencia tan cercana como si ya la hubiese vivido con anterioridad. En
algunas de esas noches el viento rugía afuera y esos arbustos rodantes que
algunas veces vimos en las películas del oeste chocaban con las puertas de las
habitaciones bajas produciéndote escalofríos. También me encantaba parar en un
pueblo diminuto en la carretera 66, cruzar las puertas batientes de un “saloon”
y quedarme ensimismado mirando el lugar como si ya lo hubiera visto con
anterioridad: la misma escalera, el corredor arriba con las habitaciones, el
piano a un lado, la muchacha sonriente tras el mostrador….!Lo había visto
tantas veces en las películas de mi infancia! Y sin embargo ahí estaba,
absolutamente real.
Un "saloon" en un pequeño pueblo del oeste americano. |
Uno de mis compañeros de viaje sentado allado de un indio de mentira. |
Montañas en "Desierto pintado" en Arizona |
Con unas compañeras de trabajo españolas. |
Desierto en Arizona. |
Ruinas de un pueblo Anasazi en Monument Valley. |
Entrada al Monument Valley. Enlos 90 aún no había un centro de recepción que ahora si existe. |
Las tres grandes "mesas" al lado de la pista de tierra por donde se hacía el recorrido. |
En la pobre tierra del parque pastan algunos caballos y ovejas propiedad de los Navajos. |
Yo contemplando el paisaje. |
Una choza india de tierra al lado de una caravana, unas furgonetas destartaladas y unas ovejas. Asi suelen vivir los Indios de esta reserva. |
Una mujer Navajo contempla el paisaje. |
Uno de los pueblos restaurados. |
Las siguientes fotografías pertenecen a un pueblo minero restaurado llamado Cálico, al este de California, no muy lejos de la Reserva Mojave. |
En 1880 se descubrió plata en esta zona y se abrió una de las mayores minas del país. Llegó a tener 3.500 habitantes, varios hoteles, oficina de correos, banco, escuela, etc. |
En 1915 se intentó restaurar el pueblo con la construcción de una planta de cianuro para aprovechar los depósitos de plata pero no funcionó muy bien y al poco se abandonó de nuevo. |
En la escuela, una guía que hace de maestra te explica algunas de las peculiaridades del pueblo. |
La reconstrucción está muy bien hecha y es fácil hacerse una idea de la vida en uno de estos pueblos tal como debió de ser. El paisaje desértico ayudo mucho. |
El pequeño tren minero funciona de nuevo y pasea turistas hacia el interior de la mina. |
Este es la calle principal de un pequeño pueblo real. No se diferencia demasiado de los del "lejano oeste" que imaginamos. |
La iglesia de uno de estos pueblos. |
Que preciosidad de fotos y que maravilla de viaje! Como esa iglesia son también las de las pelis, y además del oficio del domingo sirve de escuela entre semana. Me ha encantado tu post!
ResponderEliminarGracias Mónica. Me alegro que te haya gustado esta experiencia americana.
EliminarUn saludo
¡Excelente blog!
ResponderEliminarMe gustaron mucho las fotos y la historia detrás de cada una.
Adriana de Real Gramas
Gracias por tu comentario Adriana.
EliminarUn saludo
¡ Que lindo! me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarGracias Teresa, Me alegro que te guste la entrada.
EliminarUn abrazo