Vista de las montañas nevadas desde uno de los prados de "La Corraina el Quentu". |
Los que seguís este blog ya
visteis alguna entrada sobre la “Corraina el Quentu”, la casería de montaña de mi
familia. En Asturias, una “casería de montaña” suele comprender uno o varios
prados, establos para el ganado y, a menudo, una cabaña donde alojarse en
verano unos días, durante la siega de la hierba. Suelen estar en las laderas y
valles cercanos a los pueblos y, en el pasado, eran fundamentales para la
supervivencia de la familia. A menudo incluía también unas tierras de cultivo y
algunos frutales (manzanos, cerezos, nogales, castaños y avellanos), pero su
función principal era obtener hierba seca para el mantenimiento del ganado en
invierno, y pasto en primavera y otoño. Cada pueblo suele tener buen número de
estas caserías y muchas llevan cultivándose desde hace cientos de años,
generación tras generación. Forman parte indispensable del paisaje, de la
cultura y de la forma de vida asturiana y, sin embargo, miles de ellas están a
punto de desaparecer para siempre. Mientras conducía hacia la Corraina venía
pensando en la entrada del blog de Mario que acaba de tocar este tema junto con
la llegada de urbanitas a los pueblos. Coincido con él en que esos nuevos
habitantes que llegan a los pueblos no van a ser la solución para parar el
abandono y el gran problema de la España vacía.
Matas de violetas entre la hierba. |
Volviendo al tema de la “casería”.
En la zona donde vivo algunas de ellas se han vendido a gente joven que viene de
las ciudades y quieren utilizarlas como residencia de fin de semana, pero lo
cierto es que, a pesar de su buena voluntad y su esfuerzo, muchas de ellas
terminan abandonadas al poco tiempo, ya que ni saben mantenerlas ni están
dispuestos a realizar el trabajo que conlleva ese mantenimiento. Puede que
consigan conservar las cabañas a duras penas, pero los prados, sin animales que
los pasten y sin siega, se convierten en matorrales a los pocos años. Lo digo por experiencia. Llevamos más de 30
años intentando mantener esta casería y sus dos hectáreas de prados, y llega un
momento en que ya te resulta imposible. Es una batalla perdida y los años te
pueden. Cada año hay que reparar los cierres de madera y piedra y aunque un
ganadero local pasta la hierba con sus vacas y caballos, hay zonas que hay que
desbrozar porque las invaden las zarzas y los arbustos. En unos pocos años la
Corraina será otra más, abandonada a su suerte. Mientras, disfruto contemplando
el paisaje de las montañas nevadas bajo el débil sol de Febrero y de las pocas
flores que comienzan a crecer entre la hierba. ¡El tiempo se nos va de la mano
tan deprisa ¡.
Si os fijáis, en la parte izquierda de la foto, en la ladera de la montaña, se ven las demarcaciones de antiguos prados y caserías. El bosque y el matorral se los va comiendo poco a poco.
En Febrero los campos se llenan
de violetas que llenan el aire de una fragancia ligera y antigua, como pasada
de moda. Antes solíamos comer caramelos de violeta, pero ahora dudo que existan
en algún lado. Crecen en grupos espesos de cientos de ellas. También hay
primaveras, sobre todo en la parte más sombreada, debajo de los árboles o en
los bordes de los caminos. A mí me gusta comerlas. Lo hacíamos de niños, aunque
no saben a nada. En esta época también crecen las cabezas florales de los Heléboros,
a menudo entre las primaveras. Huelen fatal y son venenosos. Al menos eso nos
decían siempre de niños. Comienzan ya a florecer los ranúnculos y pronto
llenaran los prados de alfombras de flores amarillas. También los Dientes de
león. Son el anuncio de que la primavera está cerca, a unos pasos. Espero con
impaciencia su llegada mientras el virus nos mantiene aislados como anacoretas,
a punto de convertirnos en estatuas de sal.
Establo y cabañas de la Corraina.
Este enorme cerezo en medio del prado nos deleitaba con cerezas negras en el verano. |
Viejo Fresno cubierto de líquenes. Al fondo los pueblos de Collanzo y Santibañez. |
Vista desde la Corraina el Quentu del Pico Torres en los montes de San Isidro. |
Las casarías suelen estar rodeadas de Fresnos. Este árbol era muy útil ya que es extremadamente longevo, se puede podar todos los años y las hojas se las come el ganado. |
Desde la puerta de la cabaña se ven las montañas del Puerto de Vegarada. |
Desde este prado de la casería hay una vista inmejorable del valle de Felechosa. |
Estas tuyas recortadas las planté yo hace ya bastantes años. |
La fuente es el alma de una casería como esta de la Corraina. |
Desde el prado se ve el pueblo de Cuérigo allí abajo al lado del río Aller. |
Conservar los tejados de las caserías es una labor fundamental para su conservación. |
Los ranúnculos comienzan a florecer. |
Pequeña mata de margaritas (Bellis perennis). |
Flor de Diente de león (Tarazacum officinale). |
No he logrado identificar esta pequeña flor que crece por todas partes en la Corraina en estos momentos. |
Violetas, margaritas y ranúnculos compitiendo entre la hierba. |
Prímulas. |
Helleborus foetidus |
Un prado bien conservado con su enorme muralla de piedra seca. está cerca de la Barrosa y quedan muy pocas personas que sepan hacer ese trabajo. |
La verdad sea dicha, es un tema muy triste que en otras ocasiones hemos tocado de pasada e igualmente lo tocó el amigo Mario y no deja de ser un tema complejo y muy complicado. El simple hecho de pensar en la desaparición de algunos pueblos ya causa una enorme tristeza y rabia contenida. Con respecto a lo comentado por ti y el amigo Mario, yo comparto la idea de que mucha gente vuelva a los pueblos y de alguna manera no se pierdan, pero creo que no es nada factible que se quiera cambiar la propia idiosincrasia de un pueblo, así como su forma de vida. Aquellos que quieran instalarse deberían de respetar su forma de vida, costumbres… y no llegar queriendo a rasar con todo lo que huele a pueblo y pensar en una transformación del mismo. Creo que eso no debería estar permitido. Es un tema que a decir verdad yo no le veo una solución a corto plazo.
ResponderEliminarLas fotos que nos muestras son verdaderamente bellas y de unos paisajes maravillosos e idílicos, pero claro, instalarte en un sitio así, sin algunas cosas primordiales al alcanza de la mano, no cabe duda que es muy duro, de vacaciones todo es de color de rosa y si es una semana como si son quince días pues se pasan y ya está, pero vivir es otra historia. No cabe duda amigo José que el tema da para mucho y de muy difícil solución.
Se me pasó por alto el otro post amigo José, le dado un vistazo de pasada y ya veo que fue un precioso viaje de joven por el lejano oeste. Esperemos no tardar mucho de nuevo para recuperar la normalidad y se pueda salir de viaje, este tema se está haciendo insoportable.
Un abrazo y buen resto de semana.
Gracias por tu comentario. Coincido contigo en que el abandono de los pueblos no tiene solución a corto plazo. Tal vez en un futuro lejano, si la sociedad se estructura de una manera diferente y más sostenible se vuelva a vivir en los pueblos, pero de momento las ciudades seguirán creciendo y los pueblos cada vez estarán más vacíos. También cambiará el paisaje por la sequía y el abandono de fincas y tierras. De alguna manera es ese "rewilding" del que hablan los ingleses como algo deseable, aunque a mi me produce mucha tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo y a cuidarse a ver si salimos de esta poco a poco.
Una entrada preciosa, como todas las que pones. La planta es Romulea bulbocodium. Besos.
ResponderEliminarGracias Teresa. No hay duda de que la planta es esa que mencionas. Es algún tipo de bulbo.
ResponderEliminarUn abrazo.
tal cual esta entendido por los urbanitas el medio rural solo sirve para montar fiestas en casar rurales, dar paseos o observar animales, o replicar sus formas de sustento en los pueblos, sin captar su esencia. y los pocos que lo hacen se les tacha de raros o hippies incluso por los de los pueblos.... mucho tiene q cambiar la cosa para q aumente la poblacion rural... no se creo que tampoco le interesa a nuestros politicos ni de unos ni de otros partidos... se habla que en unos años grandes macroindustrias manejaran el agro español y desapareceran los "paisanos" minifundistas
ResponderEliminarProbablemente ese sea el futuro que nos espera. Está pasando lo mismo en Inglaterra con esas gigantescas ganaderías de miles de animales.
EliminarUn saludo.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, Jose Antonio. El tema es delicado pero la verdad es que se le debería buscar solución. En cuanto a las fotos: preciosas! Me encantan las violetas!
ResponderEliminarUn abrazo
Si el tema tiene muy difícil solución. Lo único cierto es que una cultura y una forma de mantener el paisaje se nos va para siempre y lo que venga después sin duda va a ser diferente.
ResponderEliminarUn abrazo.