Un grupo de niños-monje regresan de su petición diaria de limosnas. |
En Myanmar, con unos 55 millones
de habitantes, el 90% de la población es budista y, en su mayoría, practicantes
y creyentes. En pocos lugares del mundo se puede encontrar una población tan respetuosa
e imbuida de los preceptos y creencias de la religión budista, que en gran
parte determina su forma de comportarse ante la vida y su aceptación de las
numerosas desgracias que les caen encima. Después de 30 años de dictadura
militar y de corrupción rampante, continúan siendo uno de los países más pobres
del mundo (ocupan el puesto 157 de 196 países en PIB por habitante) y de los
más bajos en cuanto al Índice de Desarrollo por su mala calidad de vida o por las escasas posibilidades
de hacer negocio (171 de 196 países).
Un monasterio en las montañas y dos niños monjes en cuclillas. |
Difícil desentrañar la mirada de este niño monje y su extraña tranquilidad. |
Esas extrañas bolas doradas son pequeñas figuras de Buda que los visitantes van cubriendo de delgadas láminas de oro puro, una de las ofrendas más frecuentes en templos y monasterios. |
En Myanmar hay más de 50 mil monasterios activos repartidos
por todo el país, incluso hasta en los pueblos más insignificantes. Muchos de
ellos funcionan como escuelas y centros de salud. Ellos llegan donde no llega
el estado ofreciendo ayuda, alimentación y refugio a quien se acerque a sus
puertas. Casi todos los habitantes masculinos del país pasan varios meses de
estancia en un monasterio al cumplir los 7/8 años. Quien no lo hace a esa edad,
lo puede hacer de nuevo al cumplir los 20. Además, muchos hombres adultos, en
cualquier estado, pasan temporadas en monasterios, meses o a veces años, con el
fin de descansar o meditar sobre su vida. (También hay monjas budistas en Myanmar aunque su número no llega a las 60 mil). Los monjes se busca su sustento saliendo
cada mañana a pedir “limosnas u ofrendas”. Para los habitantes del país es un
honor y un deber ofrecer cada día a sus monjes un poco de comida o dinero para
su mantenimiento. Se calcula que hay alrededor de medio millón de monjes que
han tomado los hábitos de forma definitiva. Casi todos se rigen por los mismos
preceptos y la gente los respeta profundamente. Los antiguos reyes y dirigentes
del país siempre fueron extremadamente respetuoso con sus monjes. Incluso las
Juntas militares que han gobernado el país en los últimos años trataron de
mantener esta relación creando un Ministerio para los Asuntos religiosos y
haciendo grandes donaciones a los monasterios más importantes. Sin embargo,
cuando un buen número de monjes se aliaron con el pueblo en las sucesivas
revueltas pidiendo democracia, no dudaron en encarcelarlos, torturarlos y en
algunos casos hacerlos desaparecer. Últimamente las relaciones con la Shanga (una especie de Concilio de
abades que rige la estructura religiosa budista) no han sido muy buenas y el
general Min Aung Hlaing, comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, no ha
escatimado esfuerzos en repartir dinero y ofrendas a manos llenas por los
monasterios con el fin de que los monjes no participaran, esta vez, en la
últimas revueltas a favor de la democracia. Parece que de momento ha tenido
éxito ya que apenas se han visto monjes en las últimas manifestaciones que
dejaron cientos de muertos. Aquí os dejo unas cuantas imágenes de monasterios y
monjes que uno se encuentra por el camino cuando se visita este país.
Un diminuto monasterio-escuela en una zona rural |
Una estupa vigila el trabajo de los plantadores de arroz. |
Un niño monje cruza delante de la tienda del pueblo. |
La forma de una estupa es una manifestación del Buda histórico y cada parte tiene un significado espiritual. |
Pequeño santuario en medio de una charca de lotos. |
Un muchacho del pueblo viene a depositar unas flores de loto a la imagen de Buda. |
Dos niños monjes salen en bicicleta a comprar algo. |
Este monasterio en la cima del monte Popa se llama Taungkalat y es uno de los más sagrados del país. |
Se asciende al monasterio a través de cientos de escaleras y pasadizos llenos de monos a la espero de ofrendas comestibles. |
Entrada al monasterio en la base de la montaña. |
Peregrinos cubriendo con láminas de oro las estatuas de Buda. |
El monasterio de Myoe Daung cerca de Mandalay fué construido enteramente de madera de teca a principios del XVIII. 267 postes de madera de más de 60 metros lo sostienen sobre el suelo. |
Las puertas de entrada y el interior están bellamente decorados. |
El polvo que se acumula en el interior no apaga el dorado de sus altares. |
Un grupo de niños asiste a clase en el interior del monasterio. |
La decoración de las puertas es magnífica, sin embargo el deterioro es palpable y el mantenimiento es casi nulo. Hay miles de monasterios de teca como este repartidos por todo el país. |
Este monje parece meditar sobre la transitoriedad de la vida al lado de una preciosa escalera de caracol. |
El monasterio tiene varias torres en forma de pagoda. |
Monasterio al lado del lago Inle rodeado de flores de loto. De sus tallos se obtiene una fibra más preciada y suave que la seda. La tela obtenida se utiliza en las ropajes ceremoniales de los monjes. |
Flores de loto. |
Sorprende la humildad y tranquilidad con la que aceptan esta rutina en absoluto silencio. |
Me ha encantado este reportaje, las fotografías son preciosas. Besos.
ResponderEliminarGracias Teresa. Me alegro que te hayan gustado las fotos.
ResponderEliminarUn saludo
Muy ineteresante. Las fotos son preciosas. Se puede apreciar la paz en los rostros de las personas que aparecen.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mónica. Me alegra que veas esa paz en los rostros de las personas que se ven en algunas fotos.
ResponderEliminarUn abrazo.