lunes, 25 de julio de 2022

Atardecer en el Sur de Tenerife (Ejercicio de fotografía y una reflexión sobre el turismo de masas en Canarias).

 


Escultura "La Trampa del Viento" de Juan López Salvador en el Paseo de Las Americas.


Es probable que este año las islas Canarias superen los algo más de los 15 millones de turistas que recibieron en el 2020. Eso multiplica por ocho los poco más de dos millones de habitantes que tienen las islas. ¿Cuándo se puede decir que son demasiados? ¿Que los recursos de estas islas no pueden soportar tan ingente número de personas consumiendo agua y energía en un lugar tan frágil? Es difícil decirlo, sobre todo cuando el sustento de un gran número de personas depende de esos turistas que llegan cada mes. El 30% del PIB de Canarias depende del turismo, mucho más que el de España en general. Y sin embargo rara vez la prensa o los políticos cuentan toda la verdad. Nadie cuenta en realidad, que una parte muy importante del pastel se lo llevan grandes multinacionales, por no decir fondos de inversión, de otros países, que revierten en sus accionistas extranjeros una enorme parte del dinero generado en las islas. Esa es la realidad. Nadie ha contado tampoco cuantas propiedades (edificios de viviendas, apartamentos, grandes mansiones, fincas, etc.) son en realidad propiedad de particulares extranjeros que ni siquiera viven en las islas, pero las alquilan, sacando buenos beneficios mientras ellos viven cómodamente en su propio país. Eso por no hablar de los cientos de bares, supermercados, discotecas, inmobiliarias, restaurantes, etc, propiedad de nacionales extranjeros. Canarias puede ser la gallina de los “huevos de oro” de Europa para un buen número de ingleses, alemanes y últimamente italianos. Dicho todo esto, no hay duda de que el turismo genera riqueza para la población que lo recibe, pero llegados a este estado de masificación, uno se pregunta cuándo se debe poner un límite al número de turistas, antes de que el consumo de recursos, energía y de su propia naturaleza lleve a las islas a un callejón sin salida. Eso ya está pasando en otros lugares también.

 


Surfistas aprovechan las escasas olas del atardecer.





Piscinas en una urbanización.
Además, siempre se dice que no hay que poner todos los “huevos en la misma cesta”, y en Canarias –lo he visto con mis propios ojos- ha habido un enorme abandono de los recursos tradicionales de las islas como eran la agricultura y la pesca. En el sur de la isla, cuando pregunté qué había pasado con el cultivo de los tomates de invierno, que antes era un gran recurso, además de ser muy sabrosos, me contestaron que ya hacía años que se había abandonado porque no era rentable. Ahora se traen de afuera y so igual de insípidos que los que comemos en Asturias. Lo mismo ocurre con los numerosos huertos de patatas y hortalizas de los valles del norte, como los de la Orotava, donde se cultivaban tres cosechas al año y generaban una gran riqueza. También se han abandonado porque no eran rentables. Además, la mayor parte de los huertos se habían vendido para la construcción de viviendas y, las pocas que quedaban, estaban esperando a ser vendidas. El único cultivo rentable son las plataneras, porque están subvencionadas por Europa, me dijeron. Las islas ya no son las que yo conocí a principios de los ochenta. Hay más dinero, de eso no cabe duda, y una parte importante de la población vive mucho mejor que entonces, especialmente en los pueblos. Se han mejorado también exponencialmente las infraestructuras, pero da la impresión de que las costuras de algunas islas están al límite. Aún recuerdo cuando conducía casi en solitario por la recién inaugurada autopista que va de la Laguna a la Orotava, hoy en permanente atasco a cualquier hora del día. En cuanto al Sur de la isla, el pequeño núcleo turístico que nació en torno al puerto de los Cristianos en los años 70, se ha masificado de manera prodigiosa y apenas queda espacio a lo largo de toda la costa sur sin construir. Aún así tengo que reconocer que no todo se ha hecho mal. El núcleo turístico de Las Americas-Los Cristianos, que recibe una enorme masa de turistas durante todo el año, ya no es aquel pueblucho de hoteles feos y sin interés que yo conocí a principios de los ochenta. El paseo en torno a la costa, llamado Francisco Andrade Fumero, se ha hecho con cierto encanto estético, incluyendo esculturas, jardines y lugares de descanso. Hay también algún complejo turístico con bastante interés. Se ha mejorado mucho la urbanización interior con numerosas plazas y jardines. Se nota la inspiración de Cesar Manrique a quien yo tuve la oportunidad de conocer durante mi estancia como profesor en Lanzarote, Es asombrosa la huella estética que ha dejado ese hombre en todas las islas. Yo la veo continuamente por todas partes. Su forma de entender el espacio, los colores, la naturaleza, se palpa en miles de construcciones, parques, jardines, urbanizaciones, miradores, etc. Me pregunto si el turismo en Canarias (al menos en su adorada isla de Lanzarote) no hubiera sido bastante diferente al que hay en ahora, si él no hubiera fallecido en aquel desgraciado accidente en Tahiche en el 92. Resulta difícil de saber. El turismo, en general, ha sido un enorme revulsivo para estas islas y ha generado una enorme riqueza, pero el tiempo dirá si no debería ponerse ya un límite y volver atrás, hacia aquellas islas más rurales y con una naturaleza inigualable, si quieren que exista un futuro para sus habitantes.



Una de las calles que conducen al Paseo Fco. Andrade.


Jardín de cactus en torno a una urbanización cercana al paseo.





Complejo residencial de bastante buen gusto. El azul y el blanco recuerdan el Cesar Marique de los Jameos del Agua en Lanzarote.







Paseo marítimo.


Colores cálidos y picón en esta urbanización cerca del Paseo.






Fue Cesar Manrique el primero que plató cactus en los jardines de Lanzarote y luego en todo Canarias.





Estos jardines de cactus pueden resultar un poco artificiales pero el cardón (Euphorbia canariensis) está en su lugar y es típica del paisaje de las islas.








Me fascina esta escultura para contemplar la puesta del Sol. Es extremadamente fotogénica.




Los últimos surfistas se retiran del mar.


Cielo de tormenta en el paseo.


Otra escultura en el Paseo Fco Andrade.


Iluminación con mucho estilo.


Zona alta del Paseo marítimo.


Otro complejo de piscinas con mucho estilo.


Un último rayo de sol ilumina esta Bouganvillea.






Casi todas las playas de las Americas han sido creadas de forma artificial pero funcionan bien.



Vista de las Americas ya puesto el sol.


Ultima vista del ocaso del sol con la isla de la Gomera al fondo.


3 comentarios:

  1. Las islas todas se prestan a sacar maravillosas fotografías como bien has hecho Jose. Tus fotos te han quedado geniales.
    Respecto al turismo no cabe duda que existe un problema que no se quiere ver, esa masificación enorme en las islas de personas no beneficia para nada, como se suele decir, pan para hoy, hambre para mañana. Tarde o temprano ese turismo se deberá regular, las islas no se pueden permitir el lujo en un gran abuso descontrolado de consumo y de recursos que prácticamente carecen de ellos. Esperemos no se lleguen a tomar medidas cuando sea demasiado tarde como siempre ocurre.
    Un abrazo.

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  2. Gracias Juan. Tú tienes mucha más conocimientos que yo en eso del turismo, pero a mi me da la impresión de que, en lo que se refiere a las islas, deberíamos ir pensando en poner un límite a la llegada de turistas y sobre todo a la venta de propiedades - a perpetuidad- a personas de otros países, ya que a la larga, perjudican enormemente a los ciudadanos de ese país que al final no pueden acceder a ellas, pero eso me temo que de momento parece inviable.
    Un abrazo

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  3. Preciosas fotos y reportaje de este rincón de Tenerife ¡qué puesta de sol tan espectacular!
    El turismo, como cualquier otro negocio que de mucho dinero, atrae a inversores y especuladores de todo tipo a los que poco les importa el paisaje, el medio ambiente, ni la gente que se vea perjudicada por la enorme masificación y el desgaste que ocasionan es irreparable en algunos casos.
    Muchos besos.

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