domingo, 27 de agosto de 2023

¿Es Singapur la ciudad más bonita del planeta?

 


El skyline de Singapur desde los jardines del Museo de la Ciencia.

Probablemente no, me diréis la mayoría, si la comparamos con las grandes ciudades históricas europeas como Paris o Londres, pero si os gustan los jardines y la arquitectura, la tranquilidad, la ausencia casi absoluta de ruido o suciedad, la belleza de las líneas puras o esa amabilidad de la gente cuando entras en una tienda o un museo, os aseguro que hay pocos lugares en el mundo como Singapur. Nada ni nadie parece perturbar esa absoluta fe en un futuro de desarrollo y armonía. La pobreza parece haber sido abolida y, los seres humanos que la habitan, parecen vivir en una burbuja de perfección y seguridad, lejos de todo lo malo y mezquino que inevitablemente conlleva la civilización humana. Al menos eso es lo que ve quien la visita.

 


Un parque de Singapur.


Tienda de plantas en el Barrio chino.

La república de Singapur es uno de los estados más pequeños del mundo, con unos seis millones de habitantes que viven en un conjunto de islas al final de la península de Malasia. La ciudad fue fundada por el capitán inglés Stamford Raffles (dicen que con dinero saqueado a los galeones españoles), en 1819, como puesto comercial para la Compañía Británica de las Indias Orientales. Fue colonia británica hasta su independencia en 1963. Durante un par de años formo parte del estado malasio, separándose al poco tiempo y convirtiéndose en un país independiente en 1965 bajo la presidencia de Lee Kuan Yew, auténtico padre de la nación, y creador del sistema político que la ha convertido en uno de los estados más ricos del mundo en renta per cápita: un país fuertemente capitalista, pero con un férreo control por parte del estado, que dirige la economía y la vida de sus habitantes hasta en los más mínimos detalles. Las cifras son asombrosas: su economía exportadora está entre las tres más eficientes del mundo. Lo mismo se puede decir de su educación, sanidad, sistema financiero, acceso a la vivienda, calidad de vida y un largo etcétera. Por contra, algunas de sus leyes pondrían los pelos de punta a más de un europeo, pero a los singapurenses no parece importarles. Por citar solo algunas: solo han conocido tres primeros ministros en toda su historia y un solo partido político.  El presidente actual es el hijo de Kuan Yew. la posesión y venta de droga está condenada con la pena de muerte y no dudan en aplicarla ( lo han hecho hace apenas un mes). El consumo de alcohol está muy restringido y es espantosamente caro. Está terminantemente prohibido mascar chicle o traerlo al país. La posesión de vehículo propio está muy restringida y es casi inalcanzable para la mayoría de la población. Lo mismo ocurre con las mascotas. El estado controla tu salario y te obliga a guardar una parte para la adquisición de una vivienda, que el mismo estado te vende a un precio estipulado. Lo mismo para la salud o la pensión tras la jubilación. A cambio de esto, tienen algunas de las mejores universidades del mundo, un sistema de salud envidiable, un buen acceso a la vivienda, y el paro, como lo conocemos en Europa, no existe. Eso si, si quieres correrte una juerga mejor te vas el fin de semana a Bangkok o a Kuala Lumpur, que es lo que hacen muchos jóvenes singapurenses con los que hable durante el viaje.


Bahía de Singapur con barcazas para transportar turistas.

Como visitante, muchas de las leyes que rigen la vida de los singapurenses no parece que te afecten demasiado, y la ciudad es un oasis de belleza, una especie de ciudad jardín donde se mezcla la arquitectura colonial con algunos de los edificios más modernos del mundo. El sistema de transporte es de una eficiencia asombrosa. El dinero en efectivo es casi inexistente. Las conexiones de wifi vuelan. La comida es buena y barata, aunque los hoteles son bastante caros. Las entradas a museos y otras atracciones tiene un gran descuento para jubilados y mayores de 60 y, sobre todo, para los amantes de la jardinería, sus recién creados -y en continua expansión- "Jardines de la Bahía" son el mayor complejo de jardinería tropical y templada del mundo. Un lugar donde perderse y disfrutar durante unos cuantos días. Vendrán otras entradas sobre esos jardines mas adelante.



Escuela de Arte de Singapur.


Museo Nacional fundado en 1964.


La Galería Nacional alberga la mayor colección de Arte del sudeste asiático del mundo.


Edificios históricos cerca del Downtown.


Casas del barrio de Clarque Quay en el río Singapur.






Barrio financiero.


Merlion, símbolo de Singapur, mitad pez mitad león.




Escultura en el barrio financiero.


Muchos edificios en la ciudad tiene paredes de plantas.


La ciudad está llena de parques y plazas con decenas de esculturas.


Barrio colonial a la entrada del Downtown.




Edificio Marina Bay.





En el llamado Barrio chino se conserva numerosos edificios coloniales.



Lujo frente a una tienda en el barrio chino.






Calle en Chinatown.



Interior del templo de la Reliquia del Diente de Buda.


Entrada a la estación del metro del barrio chino.



Nenúfares.


Estanque con nenúfares en el museo de la Ciencia.


Puente de cristal sobre el río Singapur.


Edificio Marina Bay y Museo de la Ciencia.


Museo de la ciencia y Skyline de Singapur de noche.

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