lunes, 13 de julio de 2020

Viajes recientes. En las montañas del sur de la India Ooty: ciudad de jardines y plantaciones de té.

Entrada al Jardín Botánico de O0ty (India)


En la India colonial las llamadas “Hill stations” eran lugares residenciales situadas en las colinas a donde los ingleses solían huir cuando el calor de verano hacía insoportables las llanuras. Las hay esparcidas por toda la India, desde Cachemira en el norte a las colinas Nilgiri en el sur. Allí los ingleses construían sus bungalós, sus campos de polo, sus iglesias blancas y sus clubs. A veces también jardines y embarcaderos en los lagos. En algunos lugares la arquitectura de estos pueblos recuerda la de Suiza o la de la campiña inglesa. Muchas de estas pequeñas poblaciones terminaron convirtiéndose en ciudades medianas y perdieron gran parte de su carácter y arquitectura, pero en la India actual continúan siendo importantes centros vacacionales para la población local y para los turistas.

Uno de los invernaderos del Jardín Botánico con cientos de Begonias.

Escarpado paisaje de las colinas del Nilgiri con plantaciones de te y cascadas.




Ooty es una de ellas, una ciudad pequeña de unos 80.000 habitantes situada a 2.200 m. de altura y con una temperatura tan estable que rara vez sube de los 25º o baja de los 8 grados. Durante nuestro invierno, los días son luminosos y frescos, ideales para cultivar todo tipo de hortalizas. También jardines. El llamado Jardín Botánico de Ooty fue iniciado por los ingleses en 1845 y aún se conserva en pie con mayor o menor fortuna. Ooty perteneció a la “East India Company” quien la recibió del sultán Tipu en 1779. Este enorme emporio económico pronto se dedicó al cultivo del té en las colinas Nilgiri, aprovechando la benevolencia del clima y la abundancia de agua. En 1908 incluso construyó una empinada línea de ferrocarril con el fin de transportar él te hasta las llanuras. Aún se sigue cultivando te en las colinas en torno a Ooty aunque el turismo es el principal recurso económico hoy en día. En 1995 el gobierno construyó un enorme jardín de rosas en varias terrazas semicirculares sobre la ciudad. Es el mayor de la India. Hay varios jardines más, públicos y privados, en otras pequeñas ciudades de las colinas Nilgiri. A los indios les encanta visitar jardines y estos se han convertido en un gran reclamo turístico. Desgraciadamente el invierno no es el mejor momento para visitarlos, ni siquiera aquí en la India, así que me quedé un poco decepcionado, pero creo que el sitio merece la pena principalmente por el paisaje, por la luz y por el ambiente festivo, con cientos de familias locales de vacaciones invadiendo las calles de una ciudad que ya va perdiendo a pasos agigantados su lustre colonial para convertirse en una ciudad india más con sus brillantes mercados y sus templos. Aquí os dejo unas fotos de esta visita.






El toque inglés es innegable en la topiaria y la arquitectura del jardín.

Justo en Febrero comienzan las plantaciones de los parterres con plantas de temporada. Cubren las plantas con ramas secas para que puedan sobrevivir  al calor y a los pájaros.

Miradores y plantaciones en terrazas. Lo mejor del jardín tal vez sean los grandes árboles traídos de todas las partes del mundo.

Mujeres cubriendo las plantas con ramas.

En los invernaderos crecen con profusión todo tipo de plantas tropicales.

Begonias, Helechos y Prímulas.



Yucca atropurpurea en flor.


Muchos de los grandes árboles se plantaron en el siglo XIX así que las raíces son enormes.


Aspecto semitropical.

Unas pocas azaleas y rododendros están en flor.


Grandes extensiones de césped y árboles al más puro estilo inglés



Los trabajadores del parque se afanan en colocar ramas sobre las macetas donde crecerán las plantas para los parterres de verano. 
El invernadero de los Helechos.



Jardín de Rosas sobre la ciudad. Al igual que en el Jardín Botánico están preparando las camas para el verano.

Unas pocas rosas aún sin podar.



Las rosas no suelen crecer bien en países tropicales ya que el calor las agota, solo aquí, a bastante altura, pueden sobrevivir y prosperar.


Embarcadero en el lago de Ooty.

Cortando hojas de te en una plantación.

La planta de te necesita un drenaje constante por ese se planta siempre en laderas inclinadas.



Mercado de Ooty.

Sastres cosiendo ropa al aire libre en el mercado.

Cuerdas de yute de todos los colores. Lástima que se vean tan pocas aquí.

Hortalizas y fruta,

domingo, 5 de julio de 2020

Siguiendo el curso de un río de montaña en el Puerto de San Isidro.

Un arroyo de montaña desciende entre arbustos de retamas en flor (Retama sphaerocarpa)


En Asturias llamamos “Puertos” a los pasos entre las montañas que comunican esta región con León y la meseta. Por estos pasos o vaguadas discurrían los caminos carreteros que más tarde se convertirían en las vías modernas que nos comunican con el resto del país. No todos terminaron de la misma manera y aún hay buen número de estos pasos de montaña en los que todavía no se han construido carreteras modernas y se transita por calzadas o caminos de a pie al igual que hace cientos de años. No es el caso del de San Isidro donde hay una estación invernal bien conocida y una carretera estrecha por la que me dirijo hoy para seguir el curso de uno de sus muchos riachuelos que bajan desde las montañas.

Una orquídea de montaña al lado de un arroyo (Dacthylorhiza maculata)
 
Anthriscus silvestres a la orilla del arroyo.
Estos puertos de montaña, además de ser paso para el transporte de mercancías y personas, tienen, aún hoy en día, una gran importancia económica para los ganaderos de estos pueblos. Al llegar el mes de junio, miles de cabezas de ganado, principalmente vacas y caballos, llenan los caminos en dirección a los valles y brañas donde permanecerán hasta la llegada del otoño. Se libran así del calor y de los insectos mientras comen la jugosa hierba que las mantendrá bien alimentadas a ellas y a sus crías durante unos cuantos meses. Son sus vacaciones estivales. Caminar por estos puertos y brañas a principio de Julio es un enorme placer especialmente si, además de aficionado a la montaña, tienes algún interés por la botánica. Este es el momento en el que florecen decenas de plantas, incluidas una gran variedad de orquídeas, saxifragas o gencianas. Las laderas de las montañas y los roquedales están en su mejor momento y es fácil ver decenas de iris (Iris latifolia) asomando sus impactantes cabezas azules entre las rocas cubiertas en gran parte por mantos de Saxifragas blancas. Durante la primera semana de Julio florecen también las retamas arbustivas que llenan las laderas de las montañas de un intenso color amarillo y un penetrante olor dulce y afrutado como el de algunas rosas antiguas. Mientras, decenas de pequeños riachuelos descienden montaña abajo, a veces desde gran altura, creando a su alrededor un microcosmos de plantas en floración y vida animal que va cambiando según avanza el estío. Muchos de ellos se irán secando hasta quedar apenas un hilo de agua al final del verano.

A principios de Julio las vacas disfrutan de la hierba de las majadas y permanecen horas tumbadas descansando. Es su veraneo particular.

Fotografiar uno de estos riachuelos saltarines con sus pequeñas cascadas y sus bordes llenos de exuberante vegetación es lo que hago en esta excursión de la semana pasado. Justo en estos días en que parece que gran parte del país se achicharra un poco más cada año, bajo un sol de plomo y temperaturas de 40 grados, al menos es un consuelo saber que todavía quedan paisajes como estos en algunas partes. Algunos envidiarán la regalada vida de estas vacas que dormitan en las brañas con las barrigas llenas, ajenas a las preciosas vistas de estos paisajes de montaña y a la belleza del paisaje que las rodea.  Espero que os gusten.



El río San Isidro en sus comienzos. A el llegan numerosos arroyos desde las laderas de las montañas.



Prado cubierto de flores al lado del río.




Uno de los muchos arroyos que desembocan en el río San Isidro. Rosal silvestre creciendo en la orilla.


Las retamas escoltan las orillas de los arroyos.

El agua transparente y fría se desploma en pequeñas cascadas.

Plantas Umbelliferas a la orilla del agua.





Lotus corniculatus creciendo a la orilla del agua.


El arroyo se va abriendo camino entre pequeños bosques de retamas en flor.





Un grupo de Gentianas de hojas anchas. Su raíz tiene propiedades medicinales.



Un grupo de cardos (Cirsium vulgare) a punto de florecer.



Anthriscus silvestris a la orilla del agua.


Cirsium vulgare y Anthriscus a la orilla del arroyo.






Un grupo de orquídeas entre la hierba (Dacthilorriza elata).




Las retamas en flor llenan los valles de montaña de luz amarilla a principios de Julio.

Cabañas y ganado en la majada.