domingo, 3 de septiembre de 2023

La Barrosa: plantas en maceta e invernadero.


Macetón en medio de un parterre con Sedum telephium "Purple emperor"

Una parte importante de cualquier jardín, grande o pequeño, suelen ser las plantas que uno cultiva en macetas, bien sea alrededor de la casa, en patios, o en grandes macetas que a menudo constituyen un punto de central en medio de un parterre. En la Barrosa hay un poco de todo eso y, ciertamente, no podría prescindir de ellas. Es la oportunidad para cultivar plantas que no sobreviven en los parterres, o esas otras que te han llamado la atención, pero el clima no es el adecuado y necesitan protección en invierno. Bien distribuidas y con las plantas adecuadas, son tan importantes como el propio jardín y contribuyen a enriquecerlo como valor estético y alargar las floraciones y el interés durante casi todo el año.

 


Salvias, geranios y Tulbaghia violacea debajo de un porche.

Conseguir una colección de plantas en macetas, relevantes en todos los sentidos, no es fácil y a menudo lleva varios años. Por una parte, está la propia maceta o recipiente en sí mismo, además de su coste y su adecuación al clima. Todos sabemos que las buenas macetas son caras, especialmente si hablamos de terracota resistente a las heladas, piedra u otros materiales nobles. Aquí en el norte todos los años “fallecen” algunas debido a las heladas o a la lluvia. En segundo lugar, está la planta propiamente dichas y en eso, como en el jardín, no todas las plantas son adecuadas ni les gusta el lugar donde las queremos poner, o exigen un mantenimiento para el que no tenemos tiempo ni ganas. Quizás la mejor forma de actuar, tal como llevo haciéndolo en la Barrosa a lo largo de estos años, es ir probando cosas e intentar algo nuevo cada año. En este jardín hay un poco de todo como veréis en las fotos y una buena parte de las macetas son de plástico ya que las baratas de terracota no suelen aguantar los inviernos.  Cada año suelo comprar alguna maceta nueva e intentar alguna planta diferente. Hay una pequeña colección de plantas crasas en la parte orientada al sur, geranios en maceteros colgantes, muchas salvias –que sin duda son las más resistentes-, algunas que crecen de bulbos, gramíneas ornamentales que dan muy buen resultado y alguna planta anual que compro cada año. Sin duda una variedad bastante ecléctica.

                                             Patio trasero con bosáis, helechos y otras plantas


En cuanto al invernadero de la Barrosa, ya lo conocéis de años anteriores, pero este año he estado trabajando en una ampliación, construida completamente con materiales reutilizados: ventanas y maderas, que hace años que almacenaba por ahí. Ahora ya tiene un tamaño de unos 15 metros cuadrados y se ha está convirtiendo en uno de los lugares más agradables de la Barrosa, especialmente durante ocho meses al año.  Para mí es un lugar imprescindible, ya que todos los años germino una gran cantidad de semillas, bien para la huerta o para el propio jardín. También es un lugar estéticamente agradable, con plantas en flor, sobre todo geranios, durante casi todo el año.  En los largos inviernos del norte, el invernadero es un lugar ideal para relajarse y hacer cosas, leer o simplemente estar. El invernadero de la Barrosa está construido casi en su totalidad de madera y policarbonato, además de algunas ventanas con cristal. Lo he construido yo mismo y, aunque estéticamente no sea una maravilla, es muy sólido y está preparado para aguantar más de medio metro de nieve en invierno. Aquí guardo también un par de cítricos en invierno y algunas plantas crasas que no soportan las heladas. Espero que os gusten estas fotos y os animen a cultivar plantas en macetas.



Grupo de macetas cerca del mirador: Anemnathele lessoniana, Sedum Matrona, Sepervivum, etc.



Salvia Amistad, Carex oshimensis Everillo y Penstemon.


Cerca del pequeño macizo al lado de la casa hay varias salvias en maceta, algunas plantas crasas y una Lantana
.


Crasas, Evónimos y Lobelias.


Salvia Amistad y Salvia guaranítica "black bloom".


Bajo el porche delantero hay una colección de plantas crasas y Yuccas.


Plantas crasas de diferentes variedades.




Porche trasero, orientado al norte. Plantas de sombra y bonsáis.



Plantas de temporada de sombra: Coleos, Begonias, Calas, etc.





Macetas con Bergenias y Eucomis.


Copa de metal en un parterre con Erigeron karvinskianus.


Jardinera de piedra con Heuchera Caramel.


Plantas crasas en el porche delantero




Vista exterior del invernadero con la nueva ampliación.


Interior.


Mesa de trabajo en el invernadero


La nueva ampliación don una ventana reciclada.


Otra ventana reciclada.


Vistas del invernadero.




domingo, 27 de agosto de 2023

¿Es Singapur la ciudad más bonita del planeta?

 


El skyline de Singapur desde los jardines del Museo de la Ciencia.

Probablemente no, me diréis la mayoría, si la comparamos con las grandes ciudades históricas europeas como Paris o Londres, pero si os gustan los jardines y la arquitectura, la tranquilidad, la ausencia casi absoluta de ruido o suciedad, la belleza de las líneas puras o esa amabilidad de la gente cuando entras en una tienda o un museo, os aseguro que hay pocos lugares en el mundo como Singapur. Nada ni nadie parece perturbar esa absoluta fe en un futuro de desarrollo y armonía. La pobreza parece haber sido abolida y, los seres humanos que la habitan, parecen vivir en una burbuja de perfección y seguridad, lejos de todo lo malo y mezquino que inevitablemente conlleva la civilización humana. Al menos eso es lo que ve quien la visita.

 


Un parque de Singapur.


Tienda de plantas en el Barrio chino.

La república de Singapur es uno de los estados más pequeños del mundo, con unos seis millones de habitantes que viven en un conjunto de islas al final de la península de Malasia. La ciudad fue fundada por el capitán inglés Stamford Raffles (dicen que con dinero saqueado a los galeones españoles), en 1819, como puesto comercial para la Compañía Británica de las Indias Orientales. Fue colonia británica hasta su independencia en 1963. Durante un par de años formo parte del estado malasio, separándose al poco tiempo y convirtiéndose en un país independiente en 1965 bajo la presidencia de Lee Kuan Yew, auténtico padre de la nación, y creador del sistema político que la ha convertido en uno de los estados más ricos del mundo en renta per cápita: un país fuertemente capitalista, pero con un férreo control por parte del estado, que dirige la economía y la vida de sus habitantes hasta en los más mínimos detalles. Las cifras son asombrosas: su economía exportadora está entre las tres más eficientes del mundo. Lo mismo se puede decir de su educación, sanidad, sistema financiero, acceso a la vivienda, calidad de vida y un largo etcétera. Por contra, algunas de sus leyes pondrían los pelos de punta a más de un europeo, pero a los singapurenses no parece importarles. Por citar solo algunas: solo han conocido tres primeros ministros en toda su historia y un solo partido político.  El presidente actual es el hijo de Kuan Yew. la posesión y venta de droga está condenada con la pena de muerte y no dudan en aplicarla ( lo han hecho hace apenas un mes). El consumo de alcohol está muy restringido y es espantosamente caro. Está terminantemente prohibido mascar chicle o traerlo al país. La posesión de vehículo propio está muy restringida y es casi inalcanzable para la mayoría de la población. Lo mismo ocurre con las mascotas. El estado controla tu salario y te obliga a guardar una parte para la adquisición de una vivienda, que el mismo estado te vende a un precio estipulado. Lo mismo para la salud o la pensión tras la jubilación. A cambio de esto, tienen algunas de las mejores universidades del mundo, un sistema de salud envidiable, un buen acceso a la vivienda, y el paro, como lo conocemos en Europa, no existe. Eso si, si quieres correrte una juerga mejor te vas el fin de semana a Bangkok o a Kuala Lumpur, que es lo que hacen muchos jóvenes singapurenses con los que hable durante el viaje.


Bahía de Singapur con barcazas para transportar turistas.

Como visitante, muchas de las leyes que rigen la vida de los singapurenses no parece que te afecten demasiado, y la ciudad es un oasis de belleza, una especie de ciudad jardín donde se mezcla la arquitectura colonial con algunos de los edificios más modernos del mundo. El sistema de transporte es de una eficiencia asombrosa. El dinero en efectivo es casi inexistente. Las conexiones de wifi vuelan. La comida es buena y barata, aunque los hoteles son bastante caros. Las entradas a museos y otras atracciones tiene un gran descuento para jubilados y mayores de 60 y, sobre todo, para los amantes de la jardinería, sus recién creados -y en continua expansión- "Jardines de la Bahía" son el mayor complejo de jardinería tropical y templada del mundo. Un lugar donde perderse y disfrutar durante unos cuantos días. Vendrán otras entradas sobre esos jardines mas adelante.



Escuela de Arte de Singapur.


Museo Nacional fundado en 1964.


La Galería Nacional alberga la mayor colección de Arte del sudeste asiático del mundo.


Edificios históricos cerca del Downtown.


Casas del barrio de Clarque Quay en el río Singapur.






Barrio financiero.


Merlion, símbolo de Singapur, mitad pez mitad león.




Escultura en el barrio financiero.


Muchos edificios en la ciudad tiene paredes de plantas.


La ciudad está llena de parques y plazas con decenas de esculturas.


Barrio colonial a la entrada del Downtown.




Edificio Marina Bay.





En el llamado Barrio chino se conserva numerosos edificios coloniales.



Lujo frente a una tienda en el barrio chino.






Calle en Chinatown.



Interior del templo de la Reliquia del Diente de Buda.


Entrada a la estación del metro del barrio chino.



Nenúfares.


Estanque con nenúfares en el museo de la Ciencia.


Puente de cristal sobre el río Singapur.


Edificio Marina Bay y Museo de la Ciencia.


Museo de la ciencia y Skyline de Singapur de noche.