lunes, 26 de noviembre de 2018

Viajes recientes. Jardines Ingleses: Bishop´s Palace, Bath


Interior de los jardines del Palacio de los obispos de Bath: Iris, Prímulas y Hostas al lado del agua.
 El jardín del Palacio de los obispos de Bath y Wells es uno de esos jardines donde la vegetación y la arquitectura se complementan de una forma tan extraordinaria que parecen haber sido creados al mismo tiempo y sin embargo nada más lejos de la realidad. Este no es uno de esos jardines “historicistas”, ni de “Arts and Crafts”, ese movimiento que intenta recrear de una manera artificial, mediante piezas arquitectónicas, antigüedades y plantas un falso periodo histórico. Esto es real: La catedral, el palacio arzobispal, las murallas, las paredes del Gran Hall destruido durante la Reforma de Enrique VIII han estado ahí desde antes del siglo XIII. Las plantas no. Aunque ciertamente sí hubo un jardín y huertos alrededor del palacio amurallado de los obispos de Bath y, casi podemos imaginar que algunas de las plantas que hoy vemos estaban allí, la mayor parte del diseño y plantación del jardín actual pertenecen al siglo XIX.

 

La catedral de Bath tuvo sus orígenes en la abadía de un monasterio benedictino del siglo X. Ha sufrido varias reformas a lo largo de los siglos, aunque la mayor parte de la estructura principal es de origen gótico.
 Bath es probablemente una de las ciudades más hermosas y mejor conservadas de Inglaterra y si bien el turismo masificado que la invade diluye bastante el goce estético de caminar por sus calles adoquinadas, siempre queda alguna plaza, recoveco o jardín a los que huir cuando la gente parece invadirlo todo. El jardín del Palacio de los obispos de Bath es un auténtico remanso de paz en medio de la ciudad. Ocupa unos 14 acres de un gran recinto amurallado construido alrededor de la catedral, e incluye el palacio que el Obispo Jocelin construyó en el siglo XIII, restos del Gran Hall y de otros edificios pertenecientes a la abadía de Bath, la iglesia privada de los obispos, y varios grandes pozos de los que brota abundante agua que fluye hacia el rio y que inunda el foso que rodea todo el conjunto amurallado. Hay que tener en cuenta que la ciudad de Bath (baños) es famosa desde tiempo inmemorial por sus baños termales que brotaban del mismo suelo. En época romana se construyó aquí un gran complejo termal, Aquae Sulis, y un templo en las colinas adyacentes al rio Avon. El complejo termal ha permanecido en uso de forma casi ininterrumpida desde entonces. El rey Edgar el Pacífico fue coronado en la abadía de Bath en el año 973 y desde entonces los reyes ingleses siempre han tomado las aguas en Bath. En la época Georgiana la popularidad de las aguas termales fue tan grande que la ciudad se expandió y se construyeron decenas de edificios para dar alojamiento a los visitantes, aun así sigue siendo una ciudad pequeña y fácil de visitar y de caminar.  La ciudad es Patrimonio de la Humanidad desde 1987.

 
Palacio de los obispos y parterres mixtos.

Plantas y arquitectura en perfecta armonía. 
Los jardines, como podéis ver por las fotos, son relativamente sencillos y prima la estructura y plantación tipo “cottage garden”  con pequeños parterres mixtos de arbustos y plantas perennes, algunos espacios de césped y grandes árboles, macizos en torno al agua, rosales y plantas trepadoras escalando las paredes y los ventanales góticos, pequeños huertos, etc. Sin duda lo más interesante es la facilidad con la que la arquitectura y las plantas se relacionan para crear esa sensación de tranquilidad, armonía y atemporalidad. La impresión de que todo ha estado ahí desde siempre y de que nada falta o está de más. Para mí esto es  lo más difícil de conseguir en un jardín. Espero que os gusten estas fotos de principios de verano.

 
El palacio es en realidad una fortaleza rodeada de murallas y un foso, lo que da idea del poder terrenal de los obispos.
 
 
 
Interior del Gran Hall gótico destruido durante la Reforma. Permanecen en pie las paredes y ventanales.
 
 
Precioso Cornus controversa variegata al lado de la muralla.
 
La arquitectura se utiliza hábilmente para crear ese ambiente de equilibrio atemporal.
 
 
Euphorbias al lado de una torreta defensiva.
 
Aquí se aprecia con claridad la imponente estructura del Gran Hall gótico que formó parte del palacio durante su época de apogeo, antes de la Reforma de Enrique VIII.
 
Palacio actual sede del obispo de Bath. Paredes góticas cubiertas de glicinias.
 
 
Parterres de Vivaces y huertos rodeando el palacio.
 
Geometrías de tejo para resaltar la arquitectura. En el parterre de Vivaces, diversas variedades de Iris, Geranium, Geum, Heuchera, etc.
 
Parterre recién remodelado con Plantas perennes.
 
Rosal trepador "Crimson Glory".
 
 
 
Los parterres de Vivaces están comenzado a florecer todavía.



Vista exterior de la muralla. El agua de los pozos que manan del subsuelo se derivan hacia el foso que rodea el palacio.

También se almacena en estanques y se utiliza para el riego del jardín y huertos.

Preciosa vista de la catedral reflejándose en uno de los estanques.

Sistemas de compuertas para distribuir el agua.

Iris y diversas variedades de Geranium.


Magnífica copa de piedra con plantas crasas.

Este Cornus controversa variegata, es uno de los árboles más bonitos y delicados que se pueden ver.

Casas en torno a la catedral donde antiguamente vivía la curia y trabajadores de la abadía.

Pequeños jardines delante de estas casas medievales.

Tras la Reforma, la catedral de Bath fue abandonada y se deterioró enormemente. Fue la reina Isabel I quién en 1574 impulsó la recuperación y restauración del edificio como iglesia anglicana.

2 comentarios:

  1. Precioso reportaje tanto de narrativa como de muy buenas fotografías. Por un momento Jose Antonio me he sentido como un visitante más acompañado por el guía que iba dando las explicaciones de las distintas zonas visitadas. Felicidades
    Cordiales saludos

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  2. Muchas gracias, Juan. Celebro que te guste el reportaje.
    Un saludo desde Asturias.

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