miércoles, 2 de enero de 2019

Viajes recientes. Plantaciones de té de Sri Lanka: Camellia Sinensis (Planta del Té)


Mujeres recogiendo las hojas del té.
 
Aquí en el norte estamos acostumbrados a las Camelias ornamentales que cultivamos en nuestros jardines, pero pocos saben que el té que tomamos de vez en cuando como una infusión, proviene de una planta similar, la Camellia Sinensis, un pequeño arbusto originario del sur China que crece en regiones cálidas y húmedas de varios países.
Floración de la Camellia Sinensis, o planta del té.
El té, quizás la bebida más popular del planeta, consumida diariamente por millones de personas en todo el mundo ha causado múltiples guerras y levantado imperios a lo largo de la historia. Parece que se empezó consumir como bebida medicinal en China, durante la dinastía Shang, hacia 1500 A.C. En el siglo XVI la bebida llega al Líbano de manos de mercaderes portugueses y, a Inglaterra y al resto de Europa, durante los siglos XVI y XVII. Fue en este último siglo cuando el consumo de té se popularizó entre la clase alta inglesa. Los ingleses  introdujeron también el consumo de té en India, y poco después comenzaron a cultivarlo en este país, entonces colonia inglesa, para competir  con el monopolio de China.
Sri Lanka, la antigua Ceilán o isla de las especies, antigua colonia holandesa y portuguesa, más tarde inglesa, es hoy en día un país independiente desde 1945. Sin embargo la independencia no fue fácil y durante décadas las guerras con el movimiento insurgente Tamil tuvo gran parte del país en un caos permanente en el que se destruyeron numerosas vidas y poblaciones. En 2001 se firmó un acuerdo de paz, pero no fue hasta 2004 cuando un último asalto a las bases guerrilleras parece haber traído una paz definitiva. De momento la isla parece tranquila, el turismo ha regresado y la actividad económica parece estable. Al menos en apariencia. Es un país hermoso como pocos, de gente amable, y con numerosos atractivos tanto paisajísticos como culturales,  y merece un respiro.
Las hileras de arbustos de Camellia sinensis se plantan en las laderas y se recortan los brotes tiernos casi cada día.
 
La isla vivió relativamente bien del cultivo y exportación de especies, sobre todo canela, hasta que dejó de ser rentable hacia 1850. Poco después probó fortuna con el café pero una terrible plaga en 1870 acabó con todas las plantaciones que fueron abandonadas. En esa misma época un escocés llamado James Taylor comienza a experimentar con diferentes variedades de té en zonas altas, cerca de Kandy, y tiene bastante éxito. Unos años más tarde  Thomas Lipton se asocia con James Taylor y comienzan la plantación de té en grandes zonas de las montañas alrededor de Haputale y Ella. La intención de Lipton era extender su consumo entre las clases bajas y para ello debía abaratar su producción. Sin duda lo logró. Las enormes plantaciones y fábricas de elaboración del té que Lipton creó aún siguen funcionado. Un tren de vía estrecha construido poco después por los ingleses aún comunica gran parte de las plantaciones y pueblos creados en su entorno. Las plantaciones de té de Sri Lanka siguen en plena producción y dan trabajo a cientos de miles de personas y el país exporta miles de toneladas de té cada año. Además, en estos últimos años, se están convirtiendo en un atractivo turístico importante.
 
Paisaje en el entorno de una plantación de té.
 
Estuve varios días caminando por las plantaciones de té, en las cercanías de Haputale y Ella, dos pueblecitos de montaña. Es un enorme placer observar las preciosas líneas de arbustos recortados por las manos de las mujeres que continuamente caminan entre ellas arrancando los brotes tiernos y depositándolos en una bolsa que llevan a las espaldas. El cultivo de esta planta no es fácil, y me hizo reflexionar sobre el porqué a mí  nunca se me dieron bien las camelias en la Barrosa. A la planta le gusta la humedad en el aire pero no en las raíces, que permanecen siempre al lado de canales de drenaje que arrastran el agua sobrante. Unos arbolillos plantados a intervalos regulares sombrean con sus copas ligeras las hojas de las plantas y enfrían el aire circundante. La temperatura fresca y casi constante de la montaña hace el resto. Los trabajadores a menudo viven en coloridos pueblos construidos en las mismas fincas. El té, tomado en cualquier pequeño bar o en las mismas plantaciones, tiene un sabor que en nada se parece a lo que tomamos en nuestras casas. Es espeso, afrutado y de un color dorado parecido a la miel. El sabor permanece largo tiempo en la boca como el de un dulce exquisito.
 
La ciudad de Kandy, capital de la provincia central, es el punto neurálgico de las plantaciones del té. Desde aquí el té se trasladaba al puerto de Colombo para su exportación.
 
La ciudad bordea un lago artificial construido en 1803 por  el último rey de la monarquía Sinalesa que gobernó esta zona. 
 
El templo de la "Reliquia del diente" es uno de los lugares más sagrados de Sri Lanka. El  "diente de Buda" fue traído a la isla hacia el siglo III por una princesa, y fue siempre propiedad de la monarquía que lo conservó hasta ahora.
 
Niños esperando entrar a una de las ceremonias del templo.
 
Flores para Buda.
 
La ciudad de Kandy tiene unos 150 mil habitantes y es un importante centro religioso y universitario.
 
 
Los fieles pasan bajo la  barriga de uno de los elefantes sagrados para obtener buena suerte.
 
El tren que sale de Kandy hacia las montañas del té.
 
Vista del paisaje desde el tren.
 
La ciudad de Haputale, uno de las centros de las plantaciones de té.
 
Plantaciones de té en las colinas alrededor de Haputale.
 
Plantación de Lipton en la actualidad.
 
Canales de drenaje para evacuar el agua sobrante.
 
Pequeño poblado dentro de la finca de Lipton.
 
Mujeres lavando ropa en un riachuelo dentro de la finca.
 
 
Mujer recogiendo té.
 
Otro pueblo dentro de la plantación.
 
De camino al pueblo.
 
Factoría de té de Dambatenne construida por Lipton.
 
Comercios en Haputale.
 
Los tuk-tuk son el transporte más común en muchas zonas de Sri-Lanka.

En estas colinas es raro ver el sol. La niebla mantiene una humedad constante sobre las plantas del té.


Caminando alrededor de Haputale bajo la niebla.

Entrada a una mansión inglesa de la época, hoy convertida en colegio.

Es raro ver unos parterres como estos en esta zona.

Estos arbolillos de la familia de las Fabaceae dan sombra a las plantas del té.



Incluso en las laderas más secas y escarpadas hay plantaciones de té.


 

4 comentarios:

  1. Estupenda y preciosa entrada Jose. Has hecho una muy buena descripción así como observación de las plantaciones de la Camellia sinensis, clima, riego, humedad..., aquellos factores importantes para su buen desarrollo. Mis felicitaciones.
    ¡El paisaje espectacular!
    Casualmente casi coincidimos en la publicación el mismo día.
    Un abrazo

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  2. Gracias Juan. Las camelias dan para muchas entradas diferentes.
    Un abrazo.

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  3. no se si me quedo con Holanda o con Srilanka... envidia la misma me das... jeje Feliz año

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