Un pequeño trozo del centro de la Orotava desde los jardines del Liceo Taóro. |
El valle de la Orotava se asemeja
bastante a ese Jardín de las Hespérides que la mitología griega situaba en
estas islas, al menos para mí. Ciertamente hay pocos lugares más hermosos en
todo el archipiélago. Un lugar donde abunda el agua y la tierra es tan fértil
que puede producir hasta 4 cosechas de patatas en el mismo año. Eso me dijeron
cuando llegué aquí en los años ochenta. Cuarenta largos años después, la villa
ha crecido hasta ocupar gran parte del valle que se extiende desde el Puerto de
la Cruz y el mar hasta la falda del Teide, pero continúa siendo de una belleza
abrumadora y más aún cuando se han abierto al público los Jardines del marquesado
de la Quinta Roja, los del Liceo Taóro y muchas palacios, casonas y antiguos
molinos se han renovado y se pueden visitar. La pequeña ciudad rezuma belleza
en medio de ese clima tan benigno y suave que parece casi un prodigio en medio del
invierno peninsular. Camino por sus calles y plazas, casi hechizado, intentando
estrujar la memoria de todo ese tiempo olvidado. La pequeña placita con el
quiosco donde veníamos a tomar café en los recreos aún sigue igual, también la
enorme iglesia barroca de la Concepción, pero el Instituto donde daba clases ha
desaparecido. Ya hay otros nuevos en diferentes lugares, alejados del centro.
La plaza del Ayuntamiento donde choqué con el coche del alcalde al dar marcha
atrás, está en obras. En cuanto a los alumnos….., si me cruzara con alguno por
la calle, probablemente nos los reconocería. Ha pasado demasiado tiempo.
Plaza con casa antiguas al lado de la iglesia de la Concepción |
Un poco de historia: el valle de
lo Orotava fue antes de la conquista una de los menceyatos guanches más poderosos.
Ocupado por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo, quien repartió las tierras
del valle entre los nobles que le acompañaban, pronto se convirtió en un
bastión de la economía de las islas y del poder de la nobleza que en poco
tiempo construyeron palacios e iglesias y se dedicaron a explotar las fértiles
tierras, primero plantando caña de azúcar y más tarde vides. En poco tiempo
este valle producía algunos de los mejores vinos para la exportación a
Inglaterra y otros países europeos. Tras un breve intervalo de tiempo, a
principios del XIX, cuando vino el boom de la cochinilla utilizada en el teñido
de telas, pronto fue sustituido por las plataneras que constituyen la base de
la agricultura actual. La explotación
del agua, a través de galerías excavadas bajo la base del Teide, siempre
abundante gracias a la acumulación de nieve en invierno, aún era, cuando yo estuve
allí, una parte importante de la riqueza de las familias pudientes que
habitaban los palacios y casonas de la villa y se reunían en el casino todas
las tardes a jugar a las cartas. Supongo que ahora la riqueza viene ya, en su
mayor parte, de los servicios, la construcción y el turismo. Hoy, muchos de
aquellos palacios de la nobleza son de propiedad pública y contienen museos en
su interior, otros se han reconvertido en hoteles y tiendas, pero a principios
de los ochenta aún viví un diminuto resplandor de la vida antigua de la más
rica de las villas canarias. Ese gran poderío económico se manifestaba también en
las grandes fiestas y ferias por las que la villa era famosa. En la semana de
Pascua las alfombras de flores de la Orotava cubrían gran parte de las calles y
plazas de la villa y eran de una enorme magnificencia al igual que la procesión
del Corpus. La semana terminaba con un enorme desfile de carrozas y ferias de
ganado para festejar a San Isidro Labrador. Ciertamente, para una villa pequeña, como era la
Orotava entonces, esas fiestas me impresionaron profundamente.
Drago en el jardín "Hijuela del Botánico". Está igual que yo lo conocí hace 40 años. |
Macetas en un molino de gofio. |
También recuerdo pasear o
sentarme a la sombra de grandes árboles en aquél jardín, justo al lado del Ayuntamiento,
que llamaban la Hijuela del Botánico. Me asombraba ver el enorme drago que aún hoy ocupa el mismo lugar, o las grandes raíces de un enorme Ficus, un árbol tropical que
jamás había visto. Hoy el jardín parece más pequeño que el que yo recordaba.
Está bien cuidado y, aunque ya ha perdido su uso como lugar de aclimatación y
estudio de la flora traída de américa, aún
tiene un enorme interés. En cuanto a los famosos jardines del marquesado de
la Quinta Roja, hoy públicos, entonces estaban cerrados a cal y canto y en
estado de semi abandono. Espero que os gusten estas fotos que tienen mucho de
nostalgia para mí. Si vais a Tenerife no dejéis de visitar esta preciosa villa
y caminar por sus plazas y jardines. Estoy seguro de que os encantará.
Iglesia y Convento de San Agustín (S:XVII) hoy Casa de la Cultura. |
Jardines del Liceo. |
Vista de la Orotava desde los jardines del Liceo. |
Casa en el entorno del jardín. |
El jardín está construido en varias terrazas con fuentes y árboles en topiaria. |
Al fondo del jardín, el edificio del Liceo Taóro. |
Jardín con el mausoleo al fondo. |
Desde los jardines hay una extensa vista hasta el mar. Hoy hay calima y no se aprecia. |
Parte posterior del palacio de los marqueses de la Quinta Roja. |
Entrada al jardín "Hijuela del Botánico". |
Interior del jardín. |
Estanque con nenúfares. |
Interior del jardín con plantas tropicales. |
Uno de los varios molinos de gofio que funcionan en la villa, gracias a la abundancia de agua. |
La principal iglesia de la villa, iglesia de la Concepcion, de estilo barroco y enormes dimensiones. |
Una de las calles de la ciudad. |
Dos grandes casas palacio, una frente a otra. |
Antigua cocina de la Casa de los Balcones. |
( Unas pocas fotografías del 80/81, hechas durante mis años de profesor en las islas.)
Mis alumnos de entonces trabajando en una alfombra de flores, durante el Corpus. |
Desfile durante la romería de San Isidro labrador. |
Alumnas vistiendo el traje regional. |
Romería de San Isidro en la Orotava. |
Participando en la romería. |
Yo, con camisa azul y algunos alumnos y personal del Instituto en la Romería de San Isidro. |
Voy a viajar próximamente a Tenerife y todas estas fotos solo consiguen que quiera que llegue la fecha con más ansias ^^
ResponderEliminarMe alegro de que visite Tenerife. Es una isla preciosa. Verás más entradas en las próximas semanas y espero que te gusten.
EliminarSaludos
Magnífico tu reportaje a La Orotava, un lugar encantador y me gusta que hayas incluído fotos antiguas de cuando hacías de profe en las islas.
ResponderEliminarMuchos besos.
Gracias Montse. Me alegro de que te gusten las fotos. Me hacía ilusión poner alguna foto de cuando estuve allí hace un montón de años. Me traen buenos recuerdos.
EliminarUn abrazo
Otro precioso reportaje, conozco la Orotava me encantó. Tus fotografías son preciosas. Besos.
ResponderEliminarGracias Teresa. Si conoces los sitios mucho mejor. Estoy seguro de qne gustaron.
EliminarUn abrazo
Un precioso reportaje que a buen seguro te ha traído grandes recuerdos y más después de 40 años. Es un sitio encantador. Yo también hace bastantes años que la visité y por circunstancias no he podido volver. Hoy día está todo demasiado masificado con el turismo. Las islas han cambiado mucho en los últimos treinta años. Te he reconocido en la última foto de las antiguas que has colocado.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana entrante.
Gracias por el comentario. Si me ha traído muchos recuerdos esta visita y casi todos agradables. Es asombroso lo deprisa que se va el tiempo y lo poco que nos danos cuenta de ello.
ResponderEliminarUn abrazo.