viernes, 11 de noviembre de 2022

Un Noviembre extremadamente seco en Asturias.

 


Estamos a mediados de Noviembre y unas Salvias y Delfinios aún están en flor.

Ayer celebramos la fiesta de San Martín en Moreda, una fiesta donde los ganaderos del valle festejan un acuerdo de reparto de pastos en las montañas que separan los concejos de Aller y Lena. Con el tiempo la fiesta se convirtió en una reivindicación de la cultura asturiana y las costumbres ancestrales agrícolas y ganaderas. Hay un gran desfile con decenas de bandas de gaiteros, bailes y una gran comida a base de fabada, adobo de cerdo y postres del lugar como el “panchón” o “casadielles”. Siempre he asistido a esa fiesta desde que era niño y si algo guardo en la memoria es la presencia del frío que te helaba las manos y te hacía dar saltos por las aceras, obligándote a buscar refugio en los bares. Siempre pensé que había que estar mal de la cabeza para poner una fiesta de calle como ésta, en esas fechas.  En fin, ayer estábamos todos en mangas de camisa y ni siquiera era necesaria una chaqueta. Parecía principios de verano. Llevamos así casi todo el mes de Noviembre, sin lluvia y con temperaturas extremadamente suaves para estas fechas. Nunca conocí un mes de Noviembre igual a este.

 


Los mismo ocurre con estas Echináceas o la Hesperantha de abajo.




En la Barrosa las plantas no se preguntan qué pasa. Las perennes que hace ya tiempo que deberían estar muertas, aún se animan con algunas flores indecisas, y no saben muy bien qué hacer. Los arces japoneses, después de pensárselo mucho, han decidido cambiar el color de las hojas, mucho más tarde de lo debido y cada uno a su ritmo. Algunos ni siquiera lo han intentado todavía. Hemos comenzado a hacer sidra con un tiempo demasiado cálido, lo que impide una fermentación apropiada del jugo de manzana, pero no había más remedio. Las manzanas se estaban pudriendo. Parece que el ciclo natural está patas arriba o sin control. Algunos se conforman diciendo que esto siempre ha sido así y que años de descontrol climático y sequías las ha habido siempre. Puede que sea verdad, pero yo jamás he visto un mes de Noviembre tan seco y cálido como este en la Barrosa, ni una fiesta de San Martín en mangas de camisa. De eso no tengo la menor duda. Mientras, los mandatarios del mundo intentan ponerse de acuerdo para recortar los gases de efecto invernadero y tratar así de estabilizar el clima, pero el egoísmo y los intereses de las grandes compañías de bienes e hidrocarburos retrasan una y otra vez la toma de decisiones con el fin seguir engordando sus bolsillos durante un poco más de tiempo. Un tiempo que probablemente ya no tenemos. Y a pesar de todo, los jardineros seguimos cuidando de nuestros jardines y planificando para el próximo año porque en el fondo siempre pensamos que la naturaleza encontrará una forma de evitar el desastre. Esperemos que sea así.



El Liquidambar ya ha decidido vestirse de otoño.




Noviembre es uno de los mejores momentos para cambiar plantas y arbustos de sitio. La experiencia nos enseña que cuando una planta no levanta cabeza en un lugar del jardín, lo mejor es cambiarla de sitio y buscarle otro lugar más apropiado para sus necesidades. Yo lo hago bastante a menudo. También es un buen momento para plantar bulbos de primavera y sobre todo las plantas bienales que florecen durante la próxima primavera o verano. Yo he estado plantando un buen número de Dedaleras (digitalis purpurea), Claveles chinos (dianthus barbatus), Aguileñas (aquilegua vulgaris), y alguna cosa más. También he dividido algunas Hostas y Helenium. En Noviembre también se hacen esquejes de casi todos los arbustos leñosos: Abelias, Viburnum, Cornus, Hipericum, Hortensias, Rosales, Pisocarpus, etc. Yo los suelo plantar en una mezcla de arena, grava y compost y dejarlos debajo de un árbol. En la primavera empezarán a salir los primeros brotes. Lo mismo ocurre con los semilleros de plantas perennes que necesitan estar expuestas al frío para germinar. Yo los suelo dejar debajo de un árbol cubiertos por un trozo de red fina y unas piedras. Casi siempre funciona y lo mejor es olvidarse de ellos hasta marzo. Aquí os dejo unas fotos de la Barrosa de este mes de Noviembre.




Salvia "Amistad" y macetas con Geranios y Salvias. 


Asters con semillas blancas. 


Echinacea purpurea.


El sol iluminando el patio al lado de la casa.


Salvias.


Bergenias y Colocasia cerca del estanque.


Macetas con plantas crasas.





Crisantemo.


Abelias y Hesperantha.


Heucheras y Erigeron karvinskianus.


Estos geranios en flor a mediados de Noviembre es algo inaudito en la Barrosa.


Delfinium.


Algunos arces japoneses comienzan a mostrar la coloración otoñal.


Acer palmatum "Sango kaku"


Desde el mirador.


Arbustos con hojas de otoño



Acer palmatum "Bloodgood"


Sango kaku y Bloodgood. 



Primeros colores de otoño

2 comentarios:

  1. Un otoño que poco a poco asoma y se tiñe de colores normales de la fecha. El jardín a estas fechas continúa muy bonito, aunque lógicamente la floración ya sea distinta.
    Me temo que estos cambios de temperatura han llegado para quedarse Jose.
    Este fin de semana por fin en mi zona ha llovido después de estar desde prácticamente el mes de marzo sin llover, excepto un día que poca agua dejó, y hacía mucha falta para todo, ya no solo por las plantas, sino por limpiar algo la polución atmosférica.
    En fin, que te voy a decir yo que tú no sepas, el cambio climático es una realidad y el que no lo quiera ver está ciego.
    Un abrazo y feliz resto de semana.

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  2. Coincido contigo en que me temo que tendremos que acostumbrarnos a este cambio climático, ya que por mucho que los países se reúnan y tomes decisiones para intentar paliar el efecto invernadero ceo que ya es demasiado tarde y las medidas son muy poco efectivas.
    Un abrazo

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