domingo, 4 de diciembre de 2022

En lo profundo del bosque. (un ejercicio fotográfico).

 


El sol colándose a través de un bosque de hayas.

Fotografiar el bosque en otoño es una apuesta casi segura de obtener unas preciosas fotos, dados los contrastes en la vegetación, los dorados de las hojas y el verde intenso de los prados. Sin embargo, no es tan sencillo como aparece a primera vista, incluso si uno tiene una buena cámara y algunos conocimientos de fotografía. En los bosques de Asturias los desniveles del terreno crean enormes contrastes de luminosidad: zonas casi totalmente oscuras en comparación con otras muy iluminadas o sobreexpuestas. Esto hace que muchas fotos queden demasiado oscuras o, al contrario, muy claras si abrimos demasiado la lente, perdiendo nitidez y detalles.

Sin embargo, si uno sigue un par de consejos es posible utilizar estas desventajas a tu favor y obtener unas fotos llenas de detalles interesantes y colores intensos.

Mi primer consejo es fotografiar el bosque cuando ya el punto álgido del otoño haya pasado. No queremos fotografiar el bosque cuando todas las hojas tiene el mismo color dorado sino algo después, cuando ya la mayoría se han caído y solo unas pocas quedan pegadas a las ramas, o solo unos pocos árboles conservan aún las hojas.


Un rayo de sol ilumina los árboles del frente mientras el, resto permanece en penumbra creando un magnífico contraste.

Mi segundo consejo es levantarse temprano, justo antes de que salga el sol, y aprovechar los enormes contrastes que crean los primeros rayos de sol incidiendo sobre un punto, mientras el resto del bosque permanece en penumbra. En invierno los rayos del sol están más bajos y, según avanza, el día van iluminando unas zonas y dejando en penumbra a otras. A veces un rayo puede iluminar un solo árbol, mientras el resto quedan casi a oscuras. Son esas diferencias de luminosidad las que queremos aprovechar.

Hay que disparar deprisa ya que la luz cambia demasiado pronto en Diciembre. Si bien la mayoría de los fotógrafos profesionales utilizarían un trípode en estas circunstancias, yo prefiero el enfoque rápido y arriesgado, sin demasiados miramientos ni pericias técnicas. Siempre digo que vale más el ojo de un fotógrafo con sentido de la estética que la perfección o conocimientos de la técnica.


Los portillos de entrada a los prados y las paredes de piedra seca son un buen motivo fotográfico.


Eso implica hacer fotos a contraluz, de cara al sol, a veces simplemente sombreando el objetivo con una mano o un trozo de papel. De la misma manera no queda más remedio que hacer fotos a velocidades bajas, sujetando la cámara firmemente con la mano. A veces pueden salir algo movidas, pero no debe preocuparnos demasiado. Lo importante es captar esa luz especial incidiendo sobre una hoja, o ese tronco de árbol cubierto de musgo.

 


Pared de piedra seca creando un meandro a lo largo del paisaje.

Esta mañana las montañas han aparecido espolvoreadas de nieve y la escarcha cubriendo los prados y una luz dorada bañando los bosques ya casi sin hojas a la espera del invierno. No he podido resistirme a coger la cámara y caminar por los senderos y los bosques que rodean la Barrosa. Estas son algunas de las fotos que he hecho en un par de horas de camino. Espero que os gusten.

 


Las hojas dorados del avellano salvaje son las últimas en caer.


Las hojas de los robles son marescentes y permanecerán en el árbol hasta casi la primavera.


Camino de subida a las caserías del monte.


Una única haya conserva las hojas entre los troncos de las demás.



Cabaña entre la vegetación


Contraste en el bosque entre árboles con hojas y otros ya desnudos.


En estas dos fotografías la oscuridad era casi total. Están sacadas a muy baja velocidad sujetando la cámara firmemente con las manos.




Los montes del Puerto de San Isidro espolvoreaos de nieve.


Robles con las hojas ya secas.


La poca nieve caída en las montañas de roca.


El valle de Felechosa con el pico Torres nevado al fondo.


Atravesando un bosque de hayas. La hiedras que cubren algunos troncos complementan los colores dorados de las hojas.






Hayas y robles se mezclan en el bosque en torno al pueblo de Cuérigo.


Otra cabaña a la sombra del bosque.


Grandes robles cubiertos de hiedra. Al fondo el pico Torres.


El camino de vuelta.


La cabeza nevada del pico Torres sobresaliendo sobre el bosque de avellanos silvestres.




Rama de un gran roble.


Musgo y portillo de entrada.


Ramas de avellano y pared de piedra seca en un prado.



6 comentarios:

  1. Buena serie fotográfica amigo Jose. Otoño es una estación muy especial para obtener bellas imágenes como bien has podido captar e indicar y a primeras horas de la mañana. Esos detalles de contrastes es lo que le da calidad y belleza a la imagen.
    Me ha encantado el reportaje.
    Un abrazo y feliz semana de puente.

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    1. Gracias Juan. A mí me encanta hacer fotos en otoño aunque puede resultar repetitivo de tanto poner imágenes otoñales.
      Que disfrutes del fin de semana!.

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  2. me gustan todas pero la de la parede de piedra que serpentea y delimita prado y bosque me encanta!!!!

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    1. Gracias Mario. A mí también me gusta esa foto. Quedan muy pocas paredes de piedra seca en buenas condiciones, ya que la mayoría se abandonan y terminan por caerse y ya nunca más volverán a hacerse de nuevo.
      Un saludo

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    2. ahora que no quedan casi las declararon patrimonio de la humanidad o algo así... como bien dices ahora que cada vez hay menos por no haber quien las mantenga, quien pueda pagar a losque las construian (en algunas zonas cuadrillas itinerantes de artesanos gallegos), se ha fomentado quitarlas con las concentraciones parcelarias y la politica de mas producción mas rentable mas eficiente.... mejor postes y alambrada o pastor electrico, o directamente devoradas por zarzas y abandonadas a su suerte (argayadas creo que dicen por tu zona, esfanadas por otras) ahora surgirá una empresa ( de dueños urbanitas) que querran recuperarlas (y los fondos que haya para ello) y asi darle vida a la españa vaciada etc etc... Nihil novum sub sole aqui los chozos de piedra, la arquitectura debarro (tapial y adobe) también estan en horas bajas y ya hay quien se enarbola adalid de su conservación.... ¿interés, romanticismo? no lo sé, espero que de cualquier manera, sirva para que alguna familia siga viviendo en el mundo rural....

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  3. Precioso reportaje otoñal, me fascina el juego de luces y color que ofrece esta estación, como dices es ideal para fotografiar y admirar la belleza de la naturaleza en estado puro.
    Muchos besos.

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