Lago con nenúfares, parte del Itinerario Atlántico terminado recientemente. |
El jardín botánico de Gijón sigue
creciendo en tamaño, en un intento por completar el inmenso Bioma Atlántico del plan original, a pesar del abandono manifiesto
que sufren muchas de sus colecciones de plantas por falta de mantenimiento y
personal. Hoy he visitado el jardín como hago cada año y vuelvo a casa con el
mismo desasosiego de siempre. Cada vez hay más carteles señalando lugares vacíos
donde el año anterior había una planta.
"Geranium Rozanne", en el nuevo parterre de plantas perennes creado por el español Fernando González, residente en Inglaterra, donde es uno de los jardineros mas influyentes en estos momentos. |
El laberinto de laurel se ha terminado no hace mucho. |
Muchos de nosotros que escribimos
y leemos estos blogs de jardinería sabemos del enorme trabajo que supone
mantener un jardín, y de lo fácil que es perder un buen número de plantas cada
año. El clima y la naturaleza son implacables y cada invierno es una batalla
por intentar mantener el equilibrio y la supervivencia. Conservar un jardín de las dimensiones del Botánico
de Gijón, de casi 25 hectáreas, es una tarea enorme para los pocas decenas de
empleados con los que cuenta. (He leído en algún lugar, que el jardín cuenta con
aproximadamente 30 empleados fijos que ahora ya dependen del Ayuntamiento). A
la vuelta reflexionaba de que no hay duda de que los españoles somos
especialistas en tener grandes ideas o en diseñar espacios magníficos pero rara
vez dedicamos el tiempo necesario, o tenemos los medios suficientes para su
mantenimiento, y así el país está lleno de museos vacíos y de grandiosos
edificios, sin uso aparente, que terminan por deteriorarse sin remedio. También
he leído, por pura comparación y curiosidad, que el Jardín botánico de Kew, en
Inglaterra, da empleo a 1.100 personas, y uno de los varios jardines de la
Royal Horticultural Society como el de Wisley, emplea 200 jardineros
profesionales y otros 400 entre aprendices y voluntarios. Las comparaciones son
odiosas, pero está claro que intentar mantener el Jardín Botánico de Gijón con
30 empleados da risa, cuando no bastante pena. El resultado es obvio y la
batalla contra las malas hierbas está perdida de antemano, cuando no la muerte o
desaparición de decenas de plantas cada año.
En este precioso jardín de plantas medicinales hay muchos espacios vacíos y pantas desaparecidas. |
El nuevo Director decía hace poco a un periódico local que “un jardín botánico sin investigación se muere y termina por convertirse en un parque”. Yo pienso que por muy loable que sea la investigación, un jardín botánico sin jardineros suficientes para mantenerlo, termina por convertirse en un despilfarro y en una chapuza: una inútil batalla contra las malas hierbas, la desgana y la muerte anunciada de decenas de ejemplares botánicos cada año.
La magnífica colección de fucsias silvestres de hace unos años, ha quedado reducida a un par de ejemplares. El resto han desaparecido. |
La colección de Proteas y Banksias ha casi desaparecido, apenas queda este ejemplar. |
Los ejemplares de árboles frutales se mantienen relativamente bien |
Vista del huerto, una de las partes mejor cuidadas. |
Precioso ejemplar de Melia azederach también llamado Cinamomo, un árbolillo nativo del sureste asiático. |
Estas campanelas están invadiendo lugares donde había otras plantas. |
Vista del jardín de Iris y otros bulbos. |
Detalle ornamental de la parte más antigua: Jardín histórico de la Isla. |
Tejo y otros árboles de grandes dimensiones en esta parte del jardín. |
Robledal del Tragamón. Forma parte del Botánico como bioma atlántico. |
Este robledal se conserva en perfecto estado desde hace siglos. |
Algunos ejemplares tienen más de 400 años. |
Se han conservado gracias a un uso mixto. Se podaban las ramas para producir carbón vegetal y también se aprovechaban las bellotas y el pasto para el ganado. |
Helechos arbóreos creciendo al lado de los viejos robles. |
Lago con vegetación acuática de Juncos e Iris. |
Bioma de ribera atlántica. |
El pequeño arroyo que cruza todo el parque. |
Acanthus mollis. |
Saxifragas de flor blanca en la ladera de la cascada. |
Detalle ornamental en el Jardín de la Isla. |
Gunneras creciendo al lado del arroyo. |
Precioso Cornus florida de hoja amarilla |
Dos magníficos cedros de gran tamaño: cedro del Himalaya, arriba y del Líbano abajo. |
Entorno del Jardín de la Isla con numerosos variedades de Helechos, Begonias y Geranium. |
Lago y fuente en el Jardín de la isla. |
Jardín de arces japoneses. |
Jardín de árboles frutales. |
Parterre de plantas perennes diseñado por el jardinero español Fernando González. |
Tres vistas del Bioma cantábrico, la parte más nueva del jardín. |
El laberinto recién terminado. |
Como siempre amigo, los jardines se crean, pero luego hay que mantenerles, sin los cuidados apropiados, un jardín puede casi desaparecer en muy corto espacio de tiempo. Este jardín le visité hace ya bastantes años cuando aún estaba en construcción y a decir verdad ahora mismo no recuerdo nada de lo que vi, es más, ninguna de tus instantáneas me trae algún recuerdo.
ResponderEliminarEs una pena que espacios ya creados no se mantengan en las condiciones más apropiadas y óptimas.
Un abrazo Jose.
Gracias Juan. Mantener un jardín de estas dimensiones con poco dinero y unos pocos empleados es un tarea casi inútil. Pasan los años y las cosas siguen igual. Muchas plantas desparecen y las que sobreviven casi nunca están en las mejores condiciones. Tal como comento, para los políticos de este país es muy fácil tener grandes ideas y construir. Otra cosa es mantenerlas. Ahí casi siempre fallamos.
ResponderEliminarUn abrazo