Dos muchachas con el traje tradicional contemplan las tiras de kukurizaru o monos colgantes, un talismán que simboliza el autocontrol sobre los deseos. |
Kioto, la antigua capital de
Japón, sede de la corte imperial desde el siglo VIII hasta mediados del XIX, es
sin duda una de las ciudades más agradables para visitar de este país. También es una de las que mejor se ha conservado, ya que apenas sufrió bombardeos durante
la segunda guerra mundial (por decisión del gobierno americano) y gracias a
ello mantiene intactos numerosos edificios históricos además de un ingente
número de templos, jardines y barrios completos de viviendas tradicionales de
madera. Con una población de aproximadamente un millón y medio de habitantes,
aún es suficientemente pequeña para trasladarse por ella de forma rápida, e
incluso caminar por gran parte de sus barrios históricos sin gran esfuerzo. Aún
así no esperemos una gran ciudad monumental, al estilo de las ciudades
históricas europeas. En la cultura japonesa la mayor parte de los edificios
antiguos están construidos de madera y rodeados de hermosos jardines, pero
carecen de la grandiosidad, estatuaria, ornamentación o magnificencia, por decirlo de alguna
manera, de los grandes palacios o edificios religiosos de la cultura
occidental. En Japón todo es mucho más sutil
y uno tiene que cambiar muchas ideas preconcebidas para llegar a
apreciar la belleza y armonía de una cultura muy diferente a la occidental. Comparar
el vacío –exceptuando las exquisitas pinturas de las paredes - del salón del
trono del shogun, en el castillo de Kioto, con una sala similar en Versalles o
en cualquier otro palacio europeo, es el mejor ejemplo de que nuestra forma de
concebir el espacio, el arte o la belleza no se parecen en nada.
Santuario Nisiki Temangu en el barrio del mercado más popular de Kioto. |
Barrio de Gion al atardecer |
Dicho esto, no hay duda que para
cualquier persona que tenga un poco de interés por la cultura japonesa, Kioto
es el mejor lugar para iniciarse sin grandes agobios. Uno puede alternar
visitas a templos y jardines con un simple vagabundear por los barrios de Gion,
Pontocho y otros, donde aún sobreviven muchas calles llenas de pequeñas
tiendas, restaurantes y hoteles en edificios que se mantienen igual desde hace
siglos. Los japoneses sienten un gran aprecio por las cosas hechas a mano y de
forma artesanal, así que son numerosas los tiendas de productos artesanos:
papelería, ropa, calzado, telas, cuchillos y utensilios de corte (he comprado
dos tijeras de podar, de distinto tamaño, y de una calidad inmejorable,
totalmente hechas a mano y que durarán decenas de años), objetos de madera,
cerámica, etc.
Los escaparates de las tiendas de Kioto son una delicia de decoración. Aquí venden productos relacionados con las manzanas. |
Aquí un restaurante exhibe en modelos de plástico los platos que ofrece en el interior.. |
El mercado Nishiki, que lleva
ocupando el mismo lugar de la ciudad, casi en el mismo centro, desde el siglo
XIV, es otro gran lugar para disfrutar de la gastronomía y la cultura japonesa.
Aquí podemos ver cientos de pequeñas tiendas vendiendo toda clase de productos gastronómicos
y artesanías además de pequeños restaurantes para disfrutar de comida y bebida.
No es un lugar solo para turistas ni mucho menos, ya que la gente local lo
disfruta tanto o más que los visitantes. Kioto está llena de pequeños restaurantes
en todas las calles, ya que al igual que en muchos otros países de Asia, una
parte importante de la población, incluidos la mayor parte de los estudiantes,
suele comer fuera casi a diario. En muchos de estos restaurantes hay que hacer
cola antes de entrar ya que no admiten reservas. Los japoneses parecen estar
comiendo a todas horas, pero es que acostumbran a comer pequeñas cantidades de
cada vez y cambian constantemente de lugar. Además, permanecen poco tiempo en el
restaurante, con lo cual hay un trasiego constante. En algunos restaurantes,
incluso se come de pie en la barra. Durante los fines de semana da la impresión
de que todos los habitantes de la ciudad se desplazan al centro y llenan las aceras de todas las
calles caminando de la forma mas ordenada que uno puede imaginar. La gente
joven tiene la costumbre de ponerse el traje típico para hacerse fotos en los
parques y templos, así que las calles están llenas de geishas y shogunes, lo
cual anima muchos las cosas. Sin duda Kioto es una ciudad para disfrutar y
entrar en contacto con la vida diaria de los japoneses. No entiendo ese tipo de
viajero que está en un sitio un par de días y sale corriendo para otro, creyendo conocer
ya la ciudad. Espero que estas fotos os den una idea aproximada de la animada vida diaria de Kioto.
Casas tradicionales en este barrio. |
Las empinadas calles del barrio de Hygashiyama, es otra de las partes más interesantes de Kioto por sus templos y casas tradicionales. |
Cerca de este barrio se encuentran algunos de los templos más importantes de la ciudad como el Kiyomizudera, uno de los más grandiosos. |
Es frecuente ver en este barrio grupos de estudiantes vistiendo sus uniformes, que viene de visitar los templos. |
Casa tradicional con un pequeño altar con el símbolo budista de la cruz gamada para desear la buena suerte, y macetas con plantas, algo muy común en estos barrios. |
Algunas de las muchachas que se ven por la ciudad con el traje tradicional pueden ser geishas pero solo un minoría. |
Los fines de semana se celebra un mercado de antiguedades muy concurrido cerca del templo Toji-in y su gran pagoda. |
El mercado Nishiki ocupa varias calles estrechas cubiertas por un tejado. Alli se pueden ver cientos de tiendas con todo tipo de mercancías imaginables, sobre todo de comida. |
Muchas venden comida preparada para consumir allí mismo (está prohibido comer moviéndose por el mercado). Aquí todo tipo de mariscos. |
Los japoneses son únicos a la hora de empaquetar las cosas, incluidos los pescados. |
Las brochetas de pulpo caramelizado son una especialidad de esta zona. |
Interior de una tienda de verduras. |
A los asiáticos en general les encantan las verduras encurtidas o marinadas en sal. Aquí |
Los japoneses adoran las brochetas con todo tipo de mariscos y carnes. |
Este dulce tan extraño es un pastel de mochi con una fresa en el interior. La variedad de dulces raros que consumen es absolutamente espectacular. |
La tempura en brocheta de pescados y vegetales es otra gran especialidad. |
Hay varias tiendas de plantas en el mercado. |
Esperando para comer. |
¡Guauu, qué maravilla! Me ha gustado muchos este paseo por los mercados, no sabría comprar así y eso que la comida japonesa me gusta mucho, aunque imagino que la que nos sirven aquí no se parece a la auténtica.
ResponderEliminarGran reportaje, amigo José Antonio.
Muchos besos.
no me puedes llevar en la maleta la proxima? iva a decir q como poco y casi no hablo... pero mentiria jajaja q interesantes tus reportajes!!!!
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