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La ciudad de Funchal desde la capilla de Santa Catarina. En el marco un árbol en floración de Erythrina subumbrans. |
Madeira es una isla con una gran
tradición y culto por la jardinería, en gran parte por influencia inglesa, todo
hay que decirlo. Desde el siglo XVII varias familias de comerciantes británicos
con intereses en el cultivo vinícola y en el trasporte se asentaron en la isla,
compraron tierras y construyeron sus mansiones rodeadas de jardines con árboles
y plantas exóticas que crecían vigorosas en el clima húmedo y benigno de esta isla. De ello quedan
un buen número de excelentes jardines en manos privados o fundaciones que se
pueden visitar hoy en día, algunos de los cuales han aparecido en anteriores
entradas de este blog.
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Maceteros con flores en frente de la iglesia de Sao Joao Evangelista. |
Pero hoy quiero traer una muestra
de alguno los numerosos pequeños jardines
que se esconden en Funchal, la capital de esta isla. La ciudad de Funchal se
extiende ladera arriba entra calles empinadas y construcciones de piedra
volcánica oscura en torno al gran puerto. Es una ciudad llena de atractivos
edificios coloniales, iglesias y monasterios que no se ha dejado arrebatar por
el furor constructivo de otras capitales de islas (como en el caso de Canarias)
y ha conseguido mantener el turismo y sus grandes hoteles alejados y a una
cierta distancia, mientras conserva un casco urbano casi sin modificar desde
hace siglos y lleno de un gran encanto.
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Un magnífico árbol de Spathodea campanulata (Tulípero del Gabón) al lado del palacio arzobispal. |
En el centro de la ciudad, a un
paso de la catedral y del ayuntamiento y enfrente del Teatro Baltazar Dias está
el llamado Jardín Municipal o jardín de Doña Amelia, en
memoria de esta emperatriz portuguesa. Es un precioso jardín de estilo
romántico de unos 8.000 metros cuadrados lleno de árboles exóticos, arriates de
flores perennes y marquesinas con Buganvillas. Es colorido y fresco. Está bien
diseñado y conservado, y es un placer sentarse en alguno de sus bancos a la
sombra de un Frangipani (Plumeria rubra)
a disfrutar del olor intenso de sus flores y contemplar los arriates de flores.
Hay también un pequeño quiosco para música, bustos de personajes ilustres, un
pequeño lago con cisnes y una cafetería. Destacan los macizos bordeados de Iresine herbstii, de intenso color
granate o las enormes ejemplares de Beaucarnea
recurvata.
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Arriate bordeado de Iresine herbstii. |
Unos pocos cientos de metros más
al oeste se encuentra el Parque de Santa Catarina.
Con más de 36.000 metros cuadrados es un parque más extenso, construido en un alto desde donde se domina
todo el paseo marítimo, el puerto y una parte importante de la ciudad. Es un
parque de construcción más moderna con importantes áreas de césped, un lago de
buen tamaño y muchos árboles y bancos para sentarse a descansar. El parque
se extiende incluso por la escarpada ladera sobre el paseo Marítimo, llenándola de plantas crasas y buganvillas. A la
entrada hay una pequeña capilla de
piedra
que fue mandada construir por la mujer de João
Gonçalves Zarco, el primer capitán donatario de la isla, en honor de Santa
Catalina de Alejandría, en 1425. Hay también varias esculturas conmemorativas,
kioscos y artefactos antiguos. Sin duda un lugar preciso para relajarse y ver
pasar el tiempo.
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Arriates de Agapantus africanus en el Paseo marítimo. |
A lo largo
del Paseo Marítimo hay una
zona ajardinada de reciente construcción y que destaca por su colorido y
modernidad. Numerosos arriates de Agapantos y otras plantas perennes se suceden
en forma de olas de color en medio de senderos ondulados de cemento color
tierra. Sorprenden por su colorido e impactante diseño. Están muy bien cuidados
y hay varios monumentos, entre ellos uno a Nelson Mandela con sus iniciales en
cristales de colores.
Hay varios
parques y jardines más en Funchal, en pequeñas plazas, a lo largo de los
barrancos, en las laderas entre las casas. Sorprende lo bien cuidados que están
y está claro que tanto la municipalidad como los habitantes son conscientes de
la importancia de la jardinería como elemento decorativo y estético además de
ser un gran atractivo turístico. Este
interés por la jardinería se extiende por toda la isla, por las plazas de las
pequeñas ciudades, por los numerosos parajes naturales bien conservados y por
los pequeños jardines frente a las casas. En toda la isla se respira y se
contempla la belleza natural de las flores como algo importante que se debe
cuidar y mantener para el futuro. Sin duda un gran ejemplo a imitar.
Parque Municipal
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Arriates en el jardín Municipal. |
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Gigantesco ejemplar de Beaucarnea recurvata. |
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Impatiens y Cintas en el parque municipal. |
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Muchas plantas Vivaces y Anuales parecen florecer eternamente en Madeira: Alceas, Rudbeckias, Crisantemos, etc. |
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Entre los árboles y arbustos de este jardín destacan las Cycas, Plumerias, Palmeras, Beaucarneas, Cassias, etc entre muchos otros. |
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Algunos monumentos a personajes ilustres entre la vegetación. A la derecha Monstera y Cordyline. |
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Macizo con Salvias. |
Parque Santa Catarina
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Vista del puerto deportivo desde el Parque de Santa Catarina. |
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Capilla de Santa Catarina, mártir de Alejandría y auxiliadora en los peligros, muy venerada por los marineros. |
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Macizos con plantas herbáceas y arbustos en el Parque de Santa Catarina. |
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La capilla y la vista sobre el mar desde el parque. |
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Un arbolito de Royal Ponciana, bordeado de Impatiens. |
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Escultura en medio de la vegetación. |
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Los Agapantos africanos crecen tan bien en la isla de Madeira que se han convertido en una planta invasora. |
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Lago en el parque de Santa Catarina. |
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Hibiscus y Plantas crasas crecen en las laderas del parque. |
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Laderas sobre el Paseo marítimo del Parque de Santa Catarina |
Paseo Marítimo
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Composición en el Paseo Marítimo. Al fondo arbustos de Adelfas. |
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Un pequeño Drago en medio de Lantanas amarillas. |
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Macizos en el Paseo Marítimo. |
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Monumento a Nelson Mandela |
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Fortaleza de Sao Tiago al final del Paso Marítimo de Funchal. |
Todo eso es planificación amigo y pensar en sus habitantes, no lo que han hecho con la costa del levante español. En mi tierra Alicante, se han hecho verdaderas barbaridades y atrocidades con el suelo. Los jardines han pasado en el peor de los casos a un segundo plano, los pocos que se pueden ver. La especulación con el suelo ha sido totalmente desmesurada y una autentica aberración.
ResponderEliminarEn otro post que publicaste ya se pudo contemplar la belleza de esa isla.
Me encanta el reportaje.
Un abrazo Jose
Tienes razón en la cantidad de barbaridades que se han hecho en muchos lugares turísticos de este país. Quizás por eso esta isla de Madeira llama tanto la atención por su cuidado en alcanzar un equilibrio entre el turismo y la conservación del paisaje y de la arquitectura de siglos atrás. Probablemente no sea todo perfecto pero cualquier visitante puede apreciar ese cuidado y amor por la jardinería.
ResponderEliminarSaludos
Da gusto ver lo bien cuidado y bonito que está todo!
ResponderEliminarVisitar Madeira es uno de mis sueños, allí hay una interesante flora silvestre que me gustaría ver, más allá de la jardinería en espacios públicos. Estoy segura de que has disfrutado mucho en esa visita!
Muchos besos.
Gracias Montse. Si tienes oportunidad no dejes de visitar Madeira. Hay un montón de jardines para ver y la naturaleza es asombrosa.
ResponderEliminarsaludos