lunes, 16 de septiembre de 2019

Viajes recientes. Algunos parques y jardines públicos de Funchal, Madeira.



La ciudad de Funchal desde la capilla de Santa Catarina. En el marco un árbol en floración de Erythrina subumbrans.
Madeira es una isla con una gran tradición y culto por la jardinería, en gran parte por influencia inglesa, todo hay que decirlo. Desde el siglo XVII varias familias de comerciantes británicos con intereses en el cultivo vinícola y en el trasporte se asentaron en la isla, compraron tierras y construyeron sus mansiones rodeadas de jardines con árboles y plantas exóticas que crecían vigorosas en el clima  húmedo y benigno de esta isla. De ello quedan un buen número de excelentes jardines en manos privados o fundaciones que se pueden visitar hoy en día, algunos de los cuales han aparecido en anteriores entradas de este blog.

 
Maceteros con flores en frente de la iglesia de Sao Joao Evangelista.

Pero hoy quiero traer una muestra de alguno  los numerosos pequeños jardines que se esconden en Funchal, la capital de esta isla. La ciudad de Funchal se extiende ladera arriba entra calles empinadas y construcciones de piedra volcánica oscura en torno al gran puerto. Es una ciudad llena de atractivos edificios coloniales, iglesias y monasterios que no se ha dejado arrebatar por el furor constructivo de otras capitales de islas (como en el caso de Canarias) y ha conseguido mantener el turismo y sus grandes hoteles alejados y a una cierta distancia, mientras conserva un casco urbano casi sin modificar desde hace siglos y lleno de un gran encanto.
 
Un magnífico árbol de Spathodea campanulata (Tulípero del Gabón) al lado del palacio arzobispal.


En el centro de la ciudad, a un paso de la catedral y del ayuntamiento y enfrente del Teatro Baltazar Dias está el llamado Jardín Municipal o jardín de Doña Amelia, en memoria de esta emperatriz portuguesa. Es un precioso jardín de estilo romántico de unos 8.000 metros cuadrados lleno de árboles exóticos, arriates de flores perennes y marquesinas con Buganvillas. Es colorido y fresco. Está bien diseñado y conservado, y es un placer sentarse en alguno de sus bancos a la sombra de un Frangipani (Plumeria rubra) a disfrutar del olor intenso de sus flores y contemplar los arriates de flores. Hay también un pequeño quiosco para música, bustos de personajes ilustres, un pequeño lago con cisnes y una cafetería. Destacan los macizos bordeados de Iresine herbstii, de intenso color granate o las enormes ejemplares de Beaucarnea recurvata.


Arriate bordeado de Iresine herbstii.

Unos pocos cientos de metros más al oeste se encuentra el Parque de Santa Catarina. Con más de 36.000 metros cuadrados es un parque más extenso,  construido en un alto desde donde se domina todo el paseo marítimo, el puerto y una parte importante de la ciudad. Es un parque de construcción más moderna con importantes áreas de césped, un lago de buen tamaño y muchos árboles y bancos para sentarse a descansar. El parque se extiende incluso por la escarpada ladera sobre el paseo Marítimo, llenándola de plantas crasas y buganvillas. A la entrada  hay una pequeña capilla de piedra que fue mandada construir por la mujer de João Gonçalves Zarco, el primer capitán donatario de la isla, en honor de Santa Catalina de Alejandría, en 1425. Hay también varias esculturas conmemorativas, kioscos y artefactos antiguos. Sin duda un lugar preciso para relajarse y ver pasar el tiempo.

 
Arriates de Agapantus africanus en el Paseo marítimo.


A lo largo del Paseo Marítimo hay una zona ajardinada de reciente construcción y que destaca por su colorido y modernidad. Numerosos arriates de Agapantos y otras plantas perennes se suceden en forma de olas de color en medio de senderos ondulados de cemento color tierra. Sorprenden por su colorido e impactante diseño. Están muy bien cuidados y hay varios monumentos, entre ellos uno a Nelson Mandela con sus iniciales en cristales de colores.

Hay varios parques y jardines más en Funchal, en pequeñas plazas, a lo largo de los barrancos, en las laderas entre las casas. Sorprende lo bien cuidados que están y está claro que tanto la municipalidad como los habitantes son conscientes de la importancia de la jardinería como elemento decorativo y estético además de ser un gran atractivo turístico.  Este interés por la jardinería se extiende por toda la isla, por las plazas de las pequeñas ciudades, por los numerosos parajes naturales bien conservados y por los pequeños jardines frente a las casas. En toda la isla se respira y se contempla la belleza natural de las flores como algo importante que se debe cuidar y mantener para el futuro. Sin duda un gran ejemplo a imitar.

 Parque Municipal
 
Arriates en el jardín Municipal.



Gigantesco ejemplar de Beaucarnea recurvata.

Impatiens y Cintas en el parque municipal.

Muchas plantas Vivaces y Anuales parecen florecer eternamente en Madeira: Alceas, Rudbeckias, Crisantemos, etc.






Entre los árboles y arbustos de este jardín destacan las Cycas, Plumerias, Palmeras, Beaucarneas, Cassias, etc entre muchos otros.


 

Algunos monumentos a personajes ilustres entre la vegetación. A la derecha Monstera y Cordyline.
 
Macizo con Salvias.

 
Parque Santa Catarina
Vista del puerto deportivo desde el Parque de Santa Catarina.

Capilla de Santa Catarina, mártir de Alejandría y auxiliadora en los peligros, muy venerada por los marineros.

Macizos con plantas herbáceas y arbustos en el Parque de Santa Catarina.

La capilla y la vista sobre el mar desde el parque.



Un arbolito de Royal Ponciana, bordeado de Impatiens.

Escultura en medio de la vegetación.


Los Agapantos africanos crecen tan bien en la isla de Madeira que se han convertido en una planta invasora.







Lago en el parque de Santa Catarina.

Hibiscus y Plantas crasas crecen en las laderas del parque.

Laderas sobre el Paseo marítimo del Parque de Santa Catarina
Paseo Marítimo
Composición en el Paseo Marítimo. Al fondo arbustos de Adelfas.
 
Un pequeño Drago en medio de Lantanas amarillas.

Macizos en el Paseo Marítimo.
Monumento a Nelson Mandela



 



Fortaleza de Sao Tiago al final del Paso Marítimo de Funchal.
 

4 comentarios:

  1. Todo eso es planificación amigo y pensar en sus habitantes, no lo que han hecho con la costa del levante español. En mi tierra Alicante, se han hecho verdaderas barbaridades y atrocidades con el suelo. Los jardines han pasado en el peor de los casos a un segundo plano, los pocos que se pueden ver. La especulación con el suelo ha sido totalmente desmesurada y una autentica aberración.
    En otro post que publicaste ya se pudo contemplar la belleza de esa isla.
    Me encanta el reportaje.
    Un abrazo Jose

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  2. Tienes razón en la cantidad de barbaridades que se han hecho en muchos lugares turísticos de este país. Quizás por eso esta isla de Madeira llama tanto la atención por su cuidado en alcanzar un equilibrio entre el turismo y la conservación del paisaje y de la arquitectura de siglos atrás. Probablemente no sea todo perfecto pero cualquier visitante puede apreciar ese cuidado y amor por la jardinería.
    Saludos

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  3. Da gusto ver lo bien cuidado y bonito que está todo!
    Visitar Madeira es uno de mis sueños, allí hay una interesante flora silvestre que me gustaría ver, más allá de la jardinería en espacios públicos. Estoy segura de que has disfrutado mucho en esa visita!
    Muchos besos.

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  4. Gracias Montse. Si tienes oportunidad no dejes de visitar Madeira. Hay un montón de jardines para ver y la naturaleza es asombrosa.
    saludos

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